El adiestrador de jilgueros que se negó a ser cambiado

Kepa es un portero de misiones complicadas. Las comparaciones ahora con Courtois serán continuas y, seguramente, odiosas, pero ya está acostumbrado a lidiar con este tipo de situaciones, como cuando se convirtió en el portero más caro de la historia. El C helsea pagó 80 millones de euros al Athletic en 2018, pocos meses después de que Zidane descartara su llegada al Madrid en contra de los deseos del club blanco, que tenía prácticamente cerrada su incorporación.

La trayectoria de Kepa está marcada de forma indirecta por Courtois. Si ahora ha llegado al Bernabéu para remediar la baja del belga, en 2018 hico lo propio en Stamford Bridge cuando el espigado cancerbero puso rumbo a la capital de España. En Londres (175 goles encajados en 163 partidos) ha alternado fases de gran nivel con largos periodos en el banquillo. Al meta de Ondarroa tampoco le ayudó la inestabilidad que ha azotado al Chelsea en estas últimas temporadas, en las que ha estado bajo las órdenes de cinco entrenadores diferentes: Maurizio Sarri, Frank Lampard (en dos ocasiones), Thomas Tuchel, Graham Potter y Mauricio Pochettino.

No obstante, para afianzarse bajo palos en Lezama y San Mamés tuvo que salir cedido para curtirse. La Ponferradina y el Valladolid fueron sus destinos. «Con 16 años no estaba preparado para estar en el primer equipo. Cada uno lleva su camino. El mío también ha sido tener que salir dos años fuera. No me quejo porque al final he tenido la oportunidad de jugar muchos partidos en los dos equipos», reconocía. «Fuera de Lezama hace frío, mucho. Y encima yo cogí sitios curiosos (Ponferrada y Valladolid). No fui al calor precisamente. Me quedo con dos experiencias muy positivas porque jugué todos los partidos con ambos en una categoría nueva para mí. Sales de casa, del entorno, de la comodidad de Lezama. El primer día que llegué a Ponferrada me di cuenta porque el Ayuntamiento dijo que el campo de entrenamiento era para el equipo de rugby. 'Bienvenido al mundo real', pensé entonces», añade. No obstante, eso le sirvió para crecer: «Te amoldas a todo, te toca cocinar, cuidar la casa... En Ponferrada tuve la suerte de que a la vez llegaron Melero, del Castilla, y Jon Gaztañaga, de la Real. Nos juntábamos mucho los tres. Fue una experiencia muy positiva».

Ahora, Lluis Llopis, entrenador de porteros del Real Madrid, puede catapultarle de nuevo a la cima del éxito. El meta ya coincidió con el técnico en las categorías inferiores del Athletic y que, sin duda ha sido uno de sus grandes valedores. Al igual que Ernesto Valverde en una de sus etapas en San Mamés.

No obstante, su carrera no ha sido todo lo idílica que cabría esperar y también se han alternado capítulos conflictivos que dejan patente el carácter de Kepa. El más llamativo sucedió el 24 de febrero de 2019, cuando, después de tener que ser atendido por dos lesiones en el tiempo añadido de la final de la Copa de la Liga, se negó a ser sustituido por Willy Caballero. El partido entre el Chelsea y el City estaba 0-0 y Maurizio Sarri ordenó la sustitución. Los ostensibles gestos del meta negándose a marcharse irritaron al técnico, ya que el reglamento impide un cambio si el jugador se niega. La indignación de Sarri creció tras la derrota en la tanda de penaltis, a pesar que Kepa le paró un lanzamiento a Leroy Sané. La actitud del cancerbero fue duramente criticada por los medios de comunicación y el Chelsea le sancionó con un semana de sueldo. Además, el técnico italiano le dejó en el banquillo en el siguiente partido ante el Tottenham, de la Premier.

Ahora en Madrid podrá retomar una de sus pasiones, el silvestrismo (captura y cuidados en cautividad de ciertos pájaros de campo con el objeto de su adiestramiento al canto), afición que le inculcó su padre a los cinco años, cuando empezó a adiestrar jilgueros. Con 14 años ganó su primer Campeonato de pájaros cantores de Vizcaya con su jilguero Oker. Dos años después obtuvo el segundo torneo con Rocky y Raikkonen.