Abril, nueva fecha del galimatías electoral de la Federación de fútbol

Como es sabido, el habitual berenjenal burocrático que rodea a la RFEF adquirió una nueva capa de espesor la semana pasada, cuando el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) obligó a Rocha a dar marcha atrás en su deseo de convocar elecciones ordinarias para convocar, antes, unas primeras elecciones para que la actual Asamblea General (la misma de la era Rubiales) designe a un presidente interino.

Esto es lo que sucederá en esas primeras elecciones a mediados de abril; posteriormente, ese presidente interino elegido por la actual Asamblea tendrá ya competencias para convocar unos comicios verdaderos: la renovación de los 140 miembros de la Asamblea General y el nombramiento de un presidente real para cuatro años.

Este galimatías obliga a retrasar las verdaderas elecciones al próximo otoño, después de los Juegos Olímpicos de París: un escenario que todo el mundo quería evitar después del bochorno que ha caracterizado a la RFEF en los últimos años y una vez comenzada la preparación del Mundial 2030.

Como no podía ser de otra forma, queda todavía alguna duda jurídico-administrativa por resolver en este tinglado. Concretamente, qué reglamento electoral debe regir para estas primeras elecciones (que deberían haber sido organizadas en el otoño de 2023): ¿el antiguo o el nuevo? Este aspecto tiene bastante relevancia, dado que con el actual cada uno de los 140 miembros de la Asamblea General de la RFEF puede avalar sólo a un candidato, mientras que con el anterior es posible avalar a varios aspirantes para que se presenten. El periodista Carlos Herrera ha sido el primer candidato en anunciar públicamente su candidatura. Varios otros postulantes aguardan en silencio el mejor momento para saltar a la pista.