El Espanyol necesitará un milagro en Cornellá para pasar a octavos

Como los equipos grandes, tal vez contagiado por ese cambio de dinámica en la Liga, el Espanyol saltó al Molineux Stadium con un equipo plagado de suplentes. Como hace el Barcelona o el Real Madrid en la Copa del Rey, reservando a sus titulares para los grandes duelos o los títulos que interesan de verdad. Tal vez es una declaración de intereses de Abelardo, que asegura que le ilusiona la Europa League pero que no esconde que su objetivo verdadero es la permanencia. Cambiaron las caras pero no el estilo ni la fe.

El Wolverhampton , por su parte, comparecía con la intención de romper una aparenta mala racha (una victoria en los nueve últimos encuetros). Meritorio el trabajo de Nuno Espírito Santo para ascender y colocara tiro de piedra las plazas de Champions League. Lejos queda el recuerdo de su negra etapa en el Valencia, tal vez por la mala influencia de su amigo y propietario del club che, Peter Lim. Tenían muy claras las ideas lo lobos. Sin florituras. Robar, levantar la cabeza, balón al espacio y a correr. Así trenzaron alguna jugada de peligro, aunque el primer gol llegó a balón parado. Un saque de esquina fue a parar al área pequeña y se la encentró Diogo Jota, que remató como pudo. El balón, que iba fuera, golpeó en Víctor Sánchez y acabó dentro del área de Andrés Prieto. Mala suerte para los pericos.

Como cuando un cuarto de hora después Ferreyra fue incapaz de aprovechar un regalo de la defensa inglesa que Rui Patricio adornó con un error grosero, incapaz de despejar y dejando el balón en los pies del delantero del Espanyol. El portero de Wolves supo rehacerse y a la desesperada sacó un guante que desbarató el empate. Entre las dos jugadas hubo una buena ocasión británica que no supo definir Adama Traoré. Pérdida de Naldo, contraataque del Wolves y fenomenal salida de Prieto, al que el exazulgrana le pasó por encima. Viendo la musculatura del delantero, el portero del Espanyol debió sentir lo mismo que le hubiera atropellado un camión.

La eliminatoria se le complicó al Espanyol en cuanto comenzó la segunda parte. Un buen centro de Traoré fue despejado por Víctor Gómez a la desesperada, sin tener en cuenta que los manuales no escritos del fútbol prohíben mandarla al centro. Y allí estaba Neves , que recogió el balón, lo templó y soltó un cañonazo desde muy lejos que batió claramente a Prieto. Un golazo.

Redondeó Jota la goleada de los ingleses con dos goles más. Unas dianas que podría valer la eliminatoria teniendo en cuenta los problemas que está teniendo el Espanyol para ganar en Cornellá y sobre todo para marcar goles. Los de Abelardo necesitarán cinco goles para eliminar al Wolverhampton.