El título se decidirá en el último segundo

Hace tres meses, la Liga era un soliloquio azulgrana y hasta José Mourinho manifestaba que no tenía el interés de la Premier. Todos los profesionales del fútbol que criticaban esas diferencias de puntos se podían haber callado, porque saben que las últimas doce jornadas son una locura y el desgaste de los clubes cada cuatro días, con partidos domésticos y de competición europea, cambia todos los pronósticos.

La locura de esta Liga se detectó el 2 de abril en el duelo Barcelona-Real Madrid. Cuando muchos hablaban de goleada y de un título que se decidiría aquel día, el conjunto de Zidane desató la fiebre del sábado noche con una victoria por 1-2 que revolucionó el campeonato.

El conjunto de Luis Enrique entró en una crisis que significó nuevas derrotas frente a la Real Sociedad y el Valencia que apretaron la clasificación de tal manera que se creó esa pelea entre Barcelona, Atlético y Real Madrid que ha durado cuatro jornadas, hasta que los rojiblancos de Simeone se han bajado del tren, agotados por la batalla de Múnich, para centrarse desde ahora en la final de Milán.

El entrenador argentino es especialista en encontrar el flanco positivo de todas las situaciones y ahora tendrá tres semanas para pensar en la Liga de Campeones , mientras el eterno rival blanco se dejará el resuello en Riazor en su intento por conquistar también el campeonato español. Una pelea del Real Madrid que, sumada al desgaste frente al Manchester City, supuso las lesiones de Bale, Keylor y Carvajal, un parte médico al que anoche se sumó Lucas Vázquez, con un golpe en una rodilla.

El Atlético se dejó la Liga en su estadio gafe, el Ciudad de Valencia del Levante. Incluso Fernando Torres marcó el primer tanto del encuentro. Todo se fue al garete con la reacción de un equipo descendido que se habría salvado si hubiera jugado todo el año como lo hizo ayer. Sabían los azulgranas del Levante que los rojiblancos llegaban cansados de su clasificación europea frente al Bayern y remontaron el marcador. Es cierto que el 2-1 llegó por la ansiedad de ganar que sentía el Atlético ante el transcurrir de los minutos. Pero así es el fútbol. El modesto aprovechó los riesgos adquiridos por los hombres de Simeone, quien subrayó que su club ha evolucionado mucho, porque antes estaba descartado para el título a falta de diez partidos y ahora pelea por él hasta las últimas jornadas. Siempre positivo.

El discreto Zidane, que esconde su ansia de éxito en su exquisita elegancia de Mango, ya ha conseguido lo que quería. Lo que nadie pensaba hace cuatro meses. Aspira a la Liga y a la Champions en el último encuentro de las dos competiciones. Tiene dos finales en tres semanas que le elevarán a la gloria o le dejarán a las puertas de ella. Ayer sufrió en un sacrificado triunfo por 3-2 ante el Valencia. Los blancos también acusaron el esfuerzo realizado contra el Manchester City. La sustitución de Cristiano, con el 3-1, fue precipitada. Los minutos finales fueron de angustia. ¿Pero quién decía que esta Liga es aburrida?

El Barcelona mantuvo el liderato al golear al Español. El fantasma del «Tamudazo» ni se acercó al Camp Nou. Se quedó en Cornellá . La victoria del Real Madrid le exigirá ganar el sábado al Granada en Los Cármenes para depender de sí mismo y conseguir el título. Los blancos tienen la obligación de vencer al Deportivo en La Coruña para tener opciones de conquistarlo. Un empate madridista en Riazor permitiría a Luis Enrique ser campeón. Los precios de los maletines de piel suben los precios hoy, camino de Granada y La Coruña. ¡Que aburrida es esta Liga!