El fútbol aprueba el ojo de halcón y el chip inteligente para acabar con los goles fantasma

Los libros de historia dirán que el 5 de julio de 2012 el fútbol cambió para siempre porque la IFAB dio el visto bueno a la utilización de factores externos para ayudar a los árbitros en la jugadas más polémicas. La intención es acabar con los goles fantasma y para ello se utilizará la tecnología.

Por un lado se ha aprobado un sistema parecido al ojo de halcón que desde hace años se utiliza en el mundo del tenis. En este caso serán catorce cámaras -siete a cada lado del campo- las que triangularán la posición exacta de la pelota casi en tiempo real y enviarán una señal encriptada por radio al árbitro si el balón atraviesa por completo la línea. El proceso, por requisitos de la FIFA, durará menos de un segundo y será capaz de decidir sobre los balones que atraviesan la línea pero son despejados antes de botar.

El otro sistema aprobado contaba con el benéplacito de Joseph Blatter, presidente de la FIFA, y fue examinado por última vez en el campo del Núremberg alemán el pasado mes de junio. El «Goal-Ref» incorpora un microchip al balón y avisa mediante un sistema de ondas cuando la pelota ha entrado por completo en la portería, también en menos de un segundo.

La IFAB ha aprobado la utilización de estos dos sistemas para decidir jugadas dudosas sobre la línea de gol después de años de discusión y nueve meses de pruebas en Inglatera, Hungría, Alemania, Dinamarca e Italia. «Entendemos que la gente puede preguntarse por qué si el hombre ha ido a la luna, no es posible encontrar una solución para acabar con los goles fantasma. Pero, como demostró la primera fase de pruebas, donde fallaron seis de las ocho empresas, no es tan fácil como la gente cree», explicó hace algunas semanas Neale Barry, responsable de la Federación Inglesa y uno de los ponentes en la IFAB, a la página web oficial de la FIFA.

La tecnología sobre la línea de gol se estrenará en el próximo Mundialito de clubes que se jugará el próximo mes de diciembre en Japón con la participación de -entre otros- el Chelsea como campeón de la Champions League y el Corinthians como ganador de la Copa Libertadores. También se utilizará en la Copa Confederaciones de 2013 que disputará España y el Mundial de 2014 que se celebrará en Brasil. La IFAB ha recalcado que la decisión final para conceder o no un gol se mantiene en manos del árbitro del encuentro: lo que diga la tecnología no será vinculante para el marcador.

La IFAB también ha aprobado este jueves la figura de los «jueces de área» después de dos años de pruebas en Liga de Campeones, Europa League y Eurocopa 2012.

Los goles fantasmas han centrado enormes discusiones en las últimas fases finales de citas importantes. El último ejemplo se pudo ver en la pasada Eurocopa, cuando el árbitro decidió no conceder un gol a Ucrania por un tiro de Marko Devic que había traspasado claramente la línea. «La tecnología sobre la línea de gol no es una posibilidad, es una necesidad» , sentenció Joseph Blatter, presidente de la FIFA, tras ese encuentro en su cuenta de Twitter. Dos años atrás fue Inglaterra la perjudicada por el disparo de Lampard que superó por más de un metro la línea pero que tampoco subió al marcador.

Las competiciones nacionales e internacionales tienen ahora la potestad de incluir cualquiera de estos sistemas en las reglas del torneo. La Premier League es una de las más interesadas en el uso de la tecnología para erradicar los goles fantasmas, pero parece improbable que se estas soluciones desde el inicio de la próxima temporada.

El fútbol se convierte así en uno de los últimos deportes que abrazan de una tecnología que ya es común en baloncesto, tenis, cricket, fútbol americano , atletismo o ciclismo después de la decisión por unanimidad de la IFAB, creada por las federaciones de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda -actualmente Irlanda del Norte- en 1886. Actualmente estas cuatro federaciones poseen cuatro de los ocho votos de la junta directiva. La otra mitad son de la FIFA en representación de las federaciones del resto del mundo.