El Sporting se olvida de Primera

El entrenador del Sporting, José Alberto, ante la baja de Djurdjevic se decantó por cambiar el sistema táctico y dio entrada a Pablo Pérez como media punta en lugar del británico Blackman que le hubiese permitido mantener el que venía utilizando con dos delanteros.

Además de ese cambio forzado, y el de Dani Martín por el lesionado Mariño en la portería, José Alberto dio una nueva oportunidad al finlandés Robin Lod al que situó por la banda izquierda lo que relegó a Carmona al banquillo.

Los dos equipos necesitaban la victoria, aunque por motivos muy diferentes ya que los locales buscan las posiciones de ascenso y los gallegos mantenerse en Segunda.

No obstante, la primera parte lo que ofreció fue un equipo intentando ganar,aunque sin ideas, y al Lugo, defendiéndose a toda costa.

Los primeros 45 minutos fueron de un dominio total del Sporting, pero que no tradujo en situaciones de peligro ya que, aunque encerró al Lugo en su parcela, las acciones ofensivas rojiblancas se limitaron a centros laterales o jugadas a balón parado que facilitaban la defensa lucenses.

Con un planteamiento ultradefensivo, el Lugo cedió descaradamente el balón a los rojiblancos, una manera de hacerle daño porque el Sporting sufre cuando tiene que crear y se encuentra más a gusto robando balones y saliendo a la contra.

La primera ocasión clara no llegó hasta el minuto 26 en el que una internada entre Geraldes y Traver derivó en un centro a Álex Alegría, solo en el borde del área pequeña, pero se entretuvo mucho y cuando chutó lo hizo flojo y al portero.

Dos minutos después, se vio un centro de Molinero al que no llegan por centímetros ni Alegría ni Pablo Pérez.

El Sporting era incapaz de sacar provecho de su total dominio ante un Lugo que en los últimos minutos de la primera parte gozó de una buena oportunidad en el lanzamiento de una falta cometida por Peybernes sobre Lazo en el único acercamiento gallego.

Lazo fue el encargado de lanzar la falta a la que respondió con acierto el joven Dani Martín, inédito durante toda la primera parte, en la que éste fue el único balón que tocó proveniente de un rival.

El público abroncó al árbitro Milla Alvendiz por no cortar las constante faltas de los jugadores del Lugo y por añadir sólo tres minutos cuando el partido estuvo suspendido bastantes más al tener que atender las asistencias del equipo gallego al central Vieira.

Nada cambió en el inicio de la segunda parte más allá de que el árbitro empezó a sacar las tarjetas que no había mostrado en la primera y con los dos equipos sin moverse un ápice de sus planteamientos iniciales.

Con el paso de los minutos, el público comenzó a mostrar su desacuerdo con lo que estaba viendo, momento en el que José Alberto movió el banquillo dando entrada, primero a Canella por Molinero, buscando una mayor profundidad por la banda izquierda, y luego a Blackman por Pablo Pérez.

El primer disparo a puerta, que no entre los tres palos, fue de Alegría en el minuto 68 al que respondió un minuto después José Carlos, deteniendo Dani Martín.

El Lugo no supo aprovechar la mejor ocasión de cualquiera de los dos equipos hasta ese momento en una contra llevada con velocidad por Gerard que le da el balón a Manu Barreiro que completamente solo envía el balón a las nubes.

El enfado del público era ya notable por la inoperancia de su equipo, incapaz ni tan siquiera de disparar a puerta en toda la segunda parte, hasta el punto de que el portero Juan Carlos no realizó ni una sola parada en todo el partido.

Para culminar el enfado de la afición local en los últimos minutos el Lugo rondó más la portería del Sporting que en todo el partido e incluso Malagón remató de cabeza alto cuando se encontraba totalmente solo.

El partido finalizó con un cero a cero que refleja a la perfección la inutilidad de los dos equipos a los que además el reparto de puntos no le sirve para nada y les aleja un poco más de sus respectivos objetivos.