Sneijder cede y se va al Inter

El Real Madrid rescata en la operación unos 15 millones de euros más algún incentivo por objetivos, algo de calderilla si se compara con los 25 millones que desembolsó el club bajo el mandato de Ramón Calderón. A esta cantidad hay que sumar los más de 14 millones que se ahorra la entidad en nóminas (el jugador percibía más de tres millones netos por temporada y tenía firmados tres años más).

De la rebeldía a la cordura

Soren Lerby hizo ver a Sneijder que la mejor solución era aceptar la oferta del Inter y acabar así con un culebrón que había tomado demasiado cuerpo. Los últimos días han sido un calvario para el jugador y para el club. El primero insistía en alargar su estancia y arriesgarse a perder la ficha federativa. En el Madrid no entendían esa postura de rebeldía y sólo querían desatascar la situación a la mayor brevedad posible.

La insistencia del Inter y de Mourinho, su entrenador, evitaron que se enfriase el traspaso. Pese a la negativa y a las trabas que puso en todo momento Sneijder, la entidad italiana siempre se mantuvo en contacto con el representante del jugador. El acuerdo entre ambos clubes era total desde hace un par de días y sólo faltaba la firma del implicado. Ayer tuvo lugar el desenlace y firmó el Inter. Sólo la mejora sustancialmente en su contrato hizo posible el traspaso.

Graves despistes

Sneijder abandona el Real Madrid con una hoja de servicios plagada de luces y sombras. Su llegada fue ilusionante, con goles espectaculares, pero su trabajo se fue apagando, sobre todo el año pasado. El holandés, arropado por el «clan de los tulipanes», se despistó más de la cuenta hasta el punto de recibir algún toque de atención por parte de la dirección deportiva del Real Madrid.

El propio Sneijder reconoció públicamente el pasado mes de febrero la desorientación y recalcó que estaba reubicado en el buen camino. Su trayectoria también se vio salpicada por las lesiones como consecuencia de la falta de profesionalidad en algunas fases de la temporada.