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España-Suiza

Sergio Ramos y la ciudad de los muchachos

El silencio de Valdebebas dejó ver la enorme jerarquía del capitán de España

Javier Asprón

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La falta de público le quita casi toda la gracia a la parafernalia con la que la UEFA presenta los partidos de la Nations League , una competición aún por cuajar que intenta asentarse en el peor de los momentos. No luce el himno ... estilo Champions ni el ambiente de solemnidad con el que visten la salida al campo de los jugadores. También es cierto que en Valdebebas, un estadio más de andar por casa que aquellos con los que reciben a la selección por Europa, se notan menos las gradas vacías, por mucho que el viento y el frío lo convirtieran ayer en el escenario menos acogedor del planeta. A cambio, el refugio que ha adoptado el Real Madrid mientras se arregla el Bernabéu permite disfrutar de ciertos detalles de un modo más directo. Se ve, por ejemplo, la enorme influencia que ejerce Sergio Ramos sobre el resto de sus compañeros. Pendiente, desde su posición de privilegio, de que ninguna pieza de la estructura se descabale. Como una prolongación perfecta de Luis Enrique en el campo, el capitán corrige, anima y propone. Tan pronto le pide a Pau Torres que guarde la línea como advierte a Olmo de que tiene a un suizo detrás. Lo de defender a su par, ayer Mehmedi, casi queda como una tarea secundaria.

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