Dos partidos de sanción para Mourinho por su «dedazo» a Tito Vilanova

Lo cierto es que Mou se libró por un pelo. En principio, el Comité de Competición había tachado el dedazo como falta «en su grado más alto» y le había puesto tres partidos de suspensión. Sin embargo, se lo rebajó por dos motivos: 1. Inexistencia de lesión. Y 2. Falta de prueba concluyente en el ánimo de herir . Así pues, todo eso «lleva a este órgano disciplinario, por razones de pura hermenéutica, a reducir la propuesta del Instructor a su grado medio».

Lo de Tito Vilanova no era tan esperado como la sanción a Mou. En principio se pensaba que el encuentro de sanción era porque había mediado provocación , lo que llevó a los medios catalanes a levantarse encolerizados y señalar en sus webs que el fallo era una «vergüenza».

Un análisis más detallado de la sanción deja claro que el castigo al segundo entrenador del Barcelona es por la colleja que posteriormente suelta al entrenador del Madrid. En el auto se señala que se desestima la alegación del Real respecto a la provocación previa: «...tras desestimar la atenuante de provocación previa del artículo 10.b) ...», pero sí castiga por la colleja. El texto indica que «respecto al Sr. Vilanova, comparte este Juez el criterio del Instructor, al apreciar la concurrencia de la atenuante de provocación suficiente del artículo 10.b) del texto sancionador en su conducta, al ser su acción una respuesta inmediata, sin solución de continuidad, proporcionada y suficiente frente al acometimiento que sufre por parte del Sr. Mourinho, y considerando además tal atenuante como muy cualificada,... pero sí revelan una menor imputabilidad, determinante de una moderación en el reproche, pero que dentro del cuadro sancionador de la RFEF no permite llegar más allá del límite inferior de la sanción».

Dicho en plata, que la reacción de Vilanova estuvo justificada , pero que eso no impide que sea merecedora de una sanción, aunque esta debe ser mínima, es decir, un encuentro.

El primero en reaccionar fue el Barcelona, que a eso de las 18.30 anunciaba que no recurriría la sanción a Vilanova . La argumentación privada del club azulgrana es que quiere enterrar cuanto antes este asunto. En el Camp Nou hay orden directa de Rosell y Guardiola de entrar lo menos posible en territorio comanche porque consideran que eso es lo que quiere Mourinho, pues se mueve bien en esa clase de arenas movedizas. Así que cuanto menos se hable de sanciones, despachos e incidentes más allá de lo que es solo deportivo, mejor para los azulgrana.

Por parte del Madrid, su servicio jurídico estuvo estudiando la sentencia del Comité de Competición durante toda la tarde para ver si podían encontrar una brecha por donde meter mano y poder reducir la sanción mediante un recurso al Comité de Apelación. También hubo contactos con la sala noble del Bernabéu para ver si merecía la pena recurrir un caso que no iba a tener trascendencia para la Liga ni para ningún torneo mayor.

El Madrid tiene diez días para decidir y todo hace pensar que van a estudiar el caso con detenimiento. Sin embargo, las primeras sensaciones que se tenían en Chamartín es que iban a dejar las cosas como están y que declinarían recurrir.