El Barça desnuda al fantasma

Cuando no juega Iniesta el 4-4-2 en el Barça es de manual . El doble pivote de Rakitic y Busquets, Paulinho de interior derecho y André Gomes de interior izquierdo. Salió intenso el Barça pero la Real aprovechó mejor lo que hizo y Willian José marcó el primer gol en el primer remate que tuvo su equipo. Muy buen remate picado de cabeza, superando por arriba a Ter Stegen . Culpable descuido defensivo de Paulinho. Un año más, el Barça teniendo que remar a contracorriente en Anoeta.

Entonces, cuando yo era de la Real, se veía pocos partidos por la tele, y menos aún de la Real. Me grababa los resúmenes de Estudio Estadio y no me perdía ningún encuentro de la selección, aunque fuera amistoso.

El partido llegó a la media hora con la Real mandando y con el Barça muy tocado por el gol. Anoeta se indignó con González González por anularle un gol a su equipo por una falta previa sobre Rakitic. En puridad, no se pudo hablar de gol anulado, porque la jugada había quedado invalidada en tanto que la falta fue pitada antes del disparo, pero el enfado local fue legítimo porque, de hecho, no era la falta.

Tampoco, en aquellos años, el merchandasing estaba desarrollado y para un niño de Barcelona era muy difícil tener algo de Arconada. Yo no tenía nada.

Una buenísima asistencia de Canales , que aguantó perfecto hasta que pudo filtrarla, la aprovechó Juanmi para marcar el segundo . El Barça se enredaba con sus fantasmas. Pero cuando más extraviados parecía, Paulinho salió al rescate con un gol que les volvía a meter al partido. Buena asistencia de Alba a Luis Suárez, que fue quien fabricó la jugada desmarcándose y centrando para que Paulinho rematara estirando la pierna. Compensaba el brasileño su desatención en el primer tanto.

Mi padre trabajó un año en Vitoria, en la delegación de la Société Générale. El fin de semana volvía a casa. Pero una semana regresó el miércoles porque me operaban de un ojo y quería acompañarme. Era 1981, la Real estaba a punto de ganar la primera de sus dos Ligas consecutivas.

La segunda parte no pudo empezar mejor para el Barça y Luis Suárez con una parábola que pareció un centro marcó el empate por la segunda escuadra. Delicadísimo disparo con el interior derecho, sin control previo.

Mi padre padre se cruzó a Arconada en el aeropuerto y le paró para contarle mi gran admiración y que volvía de urgencia a Barcelona porque aquella tarde me operaban.

Empezó a llover con insistencia en Anoeta. Impresionante cortina de agua. Entre Illarra y Zubeldía pararon a Messi tras un primer regate antológico. La falta no tuvo consecuencias. Dembelé entró por Paulinho.

Seguramente en 1981 no era tan frecuente tener admiradores tan pequeños y a tanta distancia y Arconada sacó de una maleta la camiseta azul cielo y negra con la que jugaba con España y se la regaló a mi padre dedicada.

Messi y Alba empezaron a conectar y el Barça puso una marcha más. Dembelé entró por Paulinho pero quien marcó el tercero fue Suárez gracias a un error defensivo de la Real. El Barça tiraba de la sábana del fantasma y detrás no había nada. Messi cerró la noche con un golazo de falta a 27 metros de distancia. Hacía 88 años que el Barcelona no ganaba en San Sebastián un partido que hubiera empezado perdiendo.

La operación fue bien y lo primero que vi cuando desperté fue mi camiseta. “Para Salvador, con cariño”. He procurado no olvidar nunca cómo se hace feliz a un niño.