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Raros y malditos

El hombre de papel

El futbolista que lideró la victoria de la selección austriaca frente a la alemana en 1938. Hitler asistió a este partido, organizado un mes después de la anexión. El siguiente año, el delantero del Austria de Viena fue encontrado muerto tras una sospechosa inhalación de monóxido de carbono. Había sido espiado por la Gestapo

Pedro García Cuartango

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Si es cierto que cada ser humano elige su destino en una hora decisiva que le somete a prueba, Matthias Sindelar afrontó ese momento el 3 de abril de 1938 en el Prater Stadium de Viena. Sindelar vestía la camiseta de la selección austriaca de fútbol que se medía con la poderosa Alemania , con Hitler en el palco.

Hacía un mes que la Wehrmacht había cruzado la frontera para anexionar Austria al Tercer Reich y Viena estaba llena de símbolos nazis . Por ello, el partido suscitaba en millones de austriacos la esperanza de una revancha deportiva. Sindelar era el emblema de aquella selección a la que se denominada el Wunderteam o equipo maravilla. Ya había goleado a Alemania en dos encuentros anteriores, por lo que los germanos querían también vengarse de esa humillación. Dada la trascendencia del partido, algunos dirigentes políticos recomendaron a Sindelar y sus compañeros que se dejaran ganar para congraciarse con el nacionalsocialismo, lo cual solo contribuyó a motivar más a los jugadores. Finalmente, el conjunto del Tercer Reich cayó por dos a cero y el delantero austriaco, apodado El Hombre de Papel por su habilidad para sortear al contrario, marcó uno de los goles. Hitler estaba estupefacto ante la superioridad austriaca en un estadio repleto.

En lugar de saludar al Führer, Sindelar celebró con una danza el gol de un compañero, dejando claras sus nulas simpatías al régimen nacionalsocialista. No hubo represalias, porque el jugador era intocable por su popularidad, pero jamás volvería a vestir la camiseta austriaca, ya que su selección fue inmediatamente disuelta e integrada en la nueva Alemania. La Gestapo comenzó a indagar sobre su vida privada y le colocó bajo sospecha, dado que era checo de nacimiento, tenía amigos judíos y no ocultaba en privado su rechazo a las ideas nazis. El 23 de enero de 1939 fue encontrado muerto en su domicilio, abrazado a su novia Camilla. Había cumplido 35 años. La noticia conmovió al país, lo que obligó a las autoridades a hacer público el resultado de la autopsia: «muerte por inhalación de monóxido de carbono», debida a la deficiente combustión de una estufa. Todavía hoy se sigue dudando de la fiabilidad de esa conclusión porque Sindelar se había convertido en un personaje molesto para el régimen. Más de 30.000 personas acudieron espontáneamente a su sepelio. A Sindelar se le llamaba también El Mozart del Fútbol , ya que era un jugador de extraordinaria clase y elegancia, con un cambio de ritmo fantástico. Marcó más de 600 goles en la liga austriaca, en la que había debutado con tan sólo 16 años.

Fue la estrella del equipo que, bajo la dirección técnica de Hugo Meisl, llegó a cosechar una extraordinaria racha de triunfos desde 1928 a 1936, con goleadas a Francia, Hungría, Alemania e Italia. La mayor parte de su carrera vistió la camiseta del Austria de Viena, rechazando una atractiva oferta del Manchester United. Todavía se hallaba en activo en el momento de su fallecimiento.

Han pasado más de 80 años y la leyenda del mejor jugador austriaco de todos los tiempos sigue viva. Está enterrado en un mausoleo del cementerio Zentralfriedhof de Viena, donde hoy se le venera como un símbolo nacional.

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