Racismo en Londres contra Neymar

«No quiero hacer un gran problema de esto. Vi el plátano cuando ya estaba sobre el césped, no pude ver cómo llegó allí», comentaba el jugador del Santos tras el encuentro. « Estuvieron burlándose de mi todo el partido , incluso cuando iba a lanzar el penalti. Ha sido muy triste jugar en un ambiente racista», añadió el brasileño.

Más tajante fue Lucas Leiva, jugador del Liverpool y encargado de retirar la fruta del terreno de juego. « No debería haber sitio para el racismo en ningún estadio . Dicen que estamos en el primer mundo aquí en Europa, pero es donde más suceden este tipo de incidentes. Todos somos iguales, hay que cambiar las cosas. Es un tema de respeto», añadió el jugador.

El plátano, captado por las cámaras de televisión, coincide en el tiempo con otro incidente racista con protagonista también brasileño. En Rusia, un aficionado del Zenit decidió ofrecer un plátano a Roberto Carlos en la previa de un partido de la Liga Rusa. Las fotografías sirvieron para denunciar el incidente y al infractor, que no volverá a pisar el estadio del campeón ruso según comunicó su presidente, Maxim Mitrofánov.

«El comportamiento de los seguidores escoceses fue de primera categoría», asegura el agente Mark Sheeran en el comunicado difundido por la Federación de fútbol escocesa, muy enfadada por las acusaciones de racismo. De hecho, Escocia sostiene que el plátano fue lanzado desde el fondo norte , lugar donde se encontraban los aficionados brasileños.

La afición escocesa, no obstante, ha mostrado una conducta excelente en otras ocasiones. La FIFA, por ejemplo, otorgó en 2003 su premio Fair Play -Juego Limpio- a la afición del Celtic de Glasgow por su buen comportamiento durante la final de la Copa de la UEFA ante el Oporto, disputada en Sevilla. Decenas de miles de escoceses viajaron hasta España -muchos de ellos sin entrada- sin que se produjeran incidentes violentos a pesar de la derrota de su equipo.

Sin embargo el clima en casa es bien distinto. El último «Old Firm» entre Celtic de Glasgow y Glasgow Rangers, fue calificado por el primer ministro escocés como el «partido de la verguenza» . Más de 200 personas fueron detenidas por actos violentos en el último enfrentamiento entre ambos equipos, que estuvo plagado de juego sucio sobre el campo. El partido se saldó con un total de 13 tarjetas amarillas, 34 detenidos en el interior del estadio y un conato de pelea televisado entre el técnico del Celtic y uno de los ayudantes del Rangers .

El clima de violencia ha llevado a la policía escocesa a sugerir la prohibición de los «Old Firm» en Glasglow para evitar la violencia. Con todo, Escocia -como el resto de países europeos- parece tener una asignatura pendiente con la violencia dentro de los estadios de fútbol. Quizás también de racismo , como sucede en Italia con Balotelli o en España con futbolistas como Daniel Alves , que se han quejado varias ocasiones por el poco civismo que demuestran algunos desde la grada.