Puado impulsa a España hacia las semifinales

Después de que la fase de grupos se disputara el pasado marzo, volvía esta atípica Euro sub-21 en unos tiempos en los que hemos normalizado incluso lo irreal. Competía la selección en Máribor, la segunda ciudad más importante de Eslovenia, ante una Croacia que jugaba como en casa en el país vecino. La grada semivacía lucía salpicada de tipos grandes disfrazados con los característicos cuadritos rojiblancos representativos de su joven nación. Como casi siempre en estas citas, había pocos españoles en el Ljudski vrt: los familiares de la plantilla y algunos Erasmus aprovechando la ocasión. El ambiente no estaba a la altura de lo que se estaba viviendo en el terreno de juego: un encuentro vibrante de cuartos de final entre dos buenos equipos conscientes de que una derrota les mandaba a casa.

Croacia comenzó mejor . Un equipo tranquilo, con las ideas claras en zona defensiva y con pólvora al contragolpe. Lo cierto es que no parecían chavales de 20 años y eso explica el porqué del éxito del futbolista balcánico en las grandes ligas europeas. Todo equipo campeón tiene un balcánico o un uruguayo en sus filas, es estadística. El peligro croata lo llevaban sus extremos. Tanto Majer como Ivanusec (las dos alas del Dinamo de Zagreb) gozaron de varias oportunidades de gol.

Desde el principio, los sub-21 croatas cedieron el balón a los españoles, esperaban agazapados y asustaban en las transiciones. La selección estaba nerviosa y la posesión estéril acrecentaba ese sentimiento. Solo los más pequeños, Manu García y Brahim , sacaban a España del letargo . En sus conducciones, en sus paredes y en su alegría, el combinado de Luis De la Fuente encontraba la calma e inquietaba a la zaga balcánica. El jugador del Real Madrid era muy superior a los otros 21 que compartían tiempo y espacio con él. Parecía un adulto jugando en el parque con sus hijos; cada balón que le llegaba a su diestra generaba murmullo en el estadio. Tras una gran temporada en Milán, no sería una locura que su futuro cercano estuviera cerca del Bernabéu.

La segunda parte empezó con un maravilloso balón de exterior de Manu García a Fer Niño que erró en el mano a mano. Sería una pena ver al del Sporting en Segunda división otro curso más; la calidad de García (como Grealish en su momento en un Villa de Championship) pertenece al fútbol de élite. En el 54', Brahim, mediante un disparo raso cruzado, volvió a perdonar. El partido había cambiado, España había subido el ritmo y la diferencia de talento empezaba a hacer mella en la defensa croata. Entró Puado por Fer Niño y fue determinante : su primera ocasión la atajó Semper, la segunda supuso el 1-0 . El nueve del Espanyol remató por bajo un precioso balón de Gil tras una eléctrica jugada por la izquierda (66'). La acción del gol despertó a Bryan Gil . El gaditano volvió a demostrar que es un extremo de otra época: esbelto, delgado, pegado a la raya e impredecible. Por él pasó la mayoría del peligro español en el segundo acto.

Los balcánicos no encontraban soluciones, su rostro seguía serio y sereno, pero su fútbol ya era plano y predecible. Solo un pelotazo a la olla les podía rescatar cuando faltaba muy poco para el fin del encuentro. Mientras, España perdonaba : Yeremi Pino (había entrado por Brahim) lanzaba arriba un pase de la muerte de Puado. En la jugada siguiente, Semper rechazó un violento disparo, otra vez, de Pino. La selección aguantó el balón y no sufrió en los minutos finales ante una Croacia impotente. Pero la diosa fortuna volvió a aparecer en este deporte. Guillamón derribó a Biuk dentro del área en el 92' e Ivanusec mandó el penalti a la escuadra. 1-1, prórroga .

La selección, herida y cabreada, afrontó la prórroga como un ataque personal . Embotelló a Croacia y generó cierta sensación de peligro, pero la fuerzas flaqueaban y la imprecisión comenzaba a ser la protagonista. En los últimos segundos del primer tiempo, García falló lo infallable tras un centro raso de Cucurella. Comenzó la segunda parte y Puado volvió a rescatar a la sub-21 . Otra vez el capitán, Cucurella, sirvió un balón de lujo a la espalda de la defensa croata y Puado, que parecía liarse en el mano a mano con Semper, acabó regateando al guardameta y definiendo a la escuadra derecha (110’). Era el 2-1 definitivo. España recondujo un partido que se había puesto cuesta arriba y jugará las semifinales del próximo jueves ante Portugal o Italia. Esta selección, seria y con muchísima calidad, es una clara aspirante a repetir el título conseguido en 2019.