INGLATERRA
La Premier batalla contra el racismo
Luis Suárez, acusado de insultar a Evra, es el último protagonista de un problema por extinguir de los estadios de fútbol
V. PÉREZ
Para algunos, todo vale en un campo de fútbol: desde el lanzamiento de plátanos hasta los gritos que imitan a un mono. Todo por discriminar al que es diferente. Una batalla que el fútbol libra desde hace años contra el racismo, que ahora ... parece haber regresado a los estadios de Inglaterra.
La cosmopolita sociedad británica se pregunta estos días qué pasa con su fútbol. Luis Suárez ha sido el último en encender las alarmas. El futbolista uruguayo fue acusado este miércoles por la Federación Inglesa (FA) de actitud racista hacia Patrice Evra durante un encuentro del Manchester United en Anfield.
El problema es que no se trata de un incidente aislado. A pesar de los esfuerzos de organizaciones como «Kick it Out» , el racismo no ha abandonado los estadios de fútbol. No lo ha hecho entre los aficionados -o al menos una parte de ellos- ni entre algunos de los grandes ídolos del balompié británico. Señalado está, por ejemplo, John Terry, capitán de la selección y del Chelsea por una presunta actitud racista con Anton Ferdinand, jugador del Queen Park Rangers. Su caso lo investiga la policía británica.
El Chelsea investiga los cánticos de su afición hacia uno de sus jugadores
Precisamente, Terry fue el gran ausente del amistoso que disputó Inglaterra contra España el pasado viernes en Wembley . En aquella cita, Capello alineó a Darren Bent, Phil Jones, Joleon Lescott, Ashley Cole, Theo Walcott y Glen Johnson. Medio equipo que no responde al prototipo de inglés blanco, mayoritario entre la población inglesa. Sin embargo, las acusaciones de racismo no solo alcanzan a los futbolistas. El Chelsea, por ejemplo, investiga a sus propios seguidores por los insultos racistas sobre Daniel Sturridge durante un partido europeo. Fraizier Campbell , jugador del Sunderland, ha recibido mensajes discriminatorios a través de su perfil en Twitter.
El charco de Blatter
De los cánticos más o menos habituales se puede llegar hasta actitudes denigrantes como el lanzamiento de plátanos, acto que han sufrido dos futbolistas que representan pasado y futuro en la selección brasileña. Un aficionado del Zenit decidió ofrecer un plátano a Roberto Carlos durante un partido de la Liga rusa, mientras que Neymar sufrió un incidente similar en el Emirates en un partido amistoso entre Brasil y Escocia .
Algunos creen que el racismo es inherente al fútbol. Una provocación entendible en la rivalidad deportiva. Sobre esa delicada línea camina Joseph Blatter , presidente de la FIFA. «Tal vez uno de los jugadores tenga una palabra o un gesto incorrecto hacia un adversario, pero el que se vea afectado tiene que entender que el fútbol es un juego y que al final del partido hay que darse la mano», argumentó el suizo este miércoles durante una entrevista en la CNN.
El presidente de la FIFA ha restado importancia a los episodios racistas entre futbolistas
Esa tesis ha sido rechazada por organizaciones como «Show Racism the Red Card» que han enseñado la tarjeta roja al dirigente de la FIFA por sus comentarios. Tampoco convencen a futbolistas como Ferdinand , jugador del Manchester United y hermano de Anton, que explicó su parecer a través de Twitter. «Me siento estúpido por haber pensado que el fútbol tiene un papel de liderazgo contra el racismo» , explicaba el jugador mientras la FIFA se apresuraba a matizar las declaraciones de su presidente.
La prensa británica se pregunta si los episodios de las últimas semanas se deben a un rebrote del racismo dentro de los campos de fútbol. El escritor Patrick Barkham trataba de profundizar sobre el tema en un interesante artículo publicado en «The Guardian» . En él, algunos jugadores de raza negra sostienen que la discriminación en los estadios ha decaído sensiblemente respecto a décadas pasadas, en las que se sentían obligados además a agachar la cabeza para no sufrir más represalias.
Banquillos poco representantivos
La discriminación en el fútbol pasa, por ejemplo, por los banquillos. No existe una representación fiel de entrenadores negros respecto al número de futbolistas de color que juegan y han pasado por la Premier League. Solo dos de los 92 principales equipos de Inglaterra son entrenados por técnicos negros, ninguno de ellos en la máxima categoría.
Por ello, la Asociación de Futbolistas Profesionales ha exigido implantar la «Rooney Rule» de la NFL que obliga a tener en cuenta candidatos de razas minoritarias antes de contratar a un entrenador .
Gary Bennett, mítico jugador del Sunderland, apunta el principal paso a seguir: «todo lo que podemos hacer es seguir trabajando y peleando cada día ». Parece la mejor medicina posible para exterminar de una vez por todas el racismo de los campos de fútbol.
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