Petrodólares en el oasis inversor del Almería

El jeque Al-Sheikh adquirió en 2019 la mayoría accionarial de Alfonso García Gabarrón , ahora al dueño del Águilas murciano, y en apenas unas horas en la ciudad dejó ya trazas de su carácter. Su primera orden fue suspender la concentración del equipo en Marbella y un amistoso que tenía programado. La penalización que acarreaba el incumplimiento ni mucho menos invitó a la reflexión a un millonario que cuenta con el respaldo del Gobierno de Arabia Saudí.

Desde su llegada a Almería no ha escatimado en fichajes porque sueña con ver a su equipo en el Santiago Bernabéu y en el Camp Nou. En este extraño verano, en el que en Primera división apenas se anuncian novedades, su club, con casi 12 millones , es el cuarto del fútbol profesional que más ha gastado. Aunque no es para llevarse las manos a la cabeza, esa cantidad es el triple de lo desembolsado por el Éibar, el segundo más inversor en la categoría de plata, en la que 14 conjuntos siguen sin mover ni un euro en traspasos. Una prueba del músculo que pueden exhibir los andaluces gracias al paraguas de los petrodólares.

Luciendo la camiseta rojiblanca del equipo, el jeque se presentó en la UD Almería después de una fugaz aventura en el Pyramids FC , equipo egipcio con el que había roto hace solo unos meses. «Al-Sheikh es un personaje con una fuerte personalidad cuando las cosas no están o funcionan a su gusto. En un año en el Pyramids tuvo cinco entrenadores», recuerda a ABC un entrenador español con experiencia en la liga egipcia. En Almería ha seguido demostrando esa facilidad para despedir técnicos y en tres temporadas ya acumula siete.Rubi es este curso su entrenador.

Para entender la personalidad del jeque Al-Sheikh basta con recordar su explosivo paso por el Pyramids, del que se hizo propietario después de un enfado por las críticas recibidas por parte de la afición del Al-Ahly , club egipcio en el que ejercía como presidente honorífico en agradecimiento a la importante aportación que realizó dos años antes para sacar al campeón de la crisis económica en la que estaba sumido. Su reacción a aquellas protestas de los hinchas resultó de lo más contundente y desafiante: «Voy a formar un club mejor que el vuestro».

Dicho y hecho. Puso sus ojos en Asiut, ciudad a cuatro horas de la capital, y se hizo con la propiedad del Al Assiouty Sport. Su primera decisión fue trasladar el equipo a El Cairo para intentar ensombrecer al Al Ahly a toda costa. Turki Al-Sheikh no tuvo reparo en invertir grandes cantidades en jugadores brasileños y en técnicos de renombre como los argentinos Ricardo La Volpe o Ramón Díaz . El desembolso inicial fue de 40 millones de euros en fichajes y sueldos de los futbolistas y el cuerpo técnico. «A un entrevistador llegó a regalarle un coche después de un partido», explican a ABC. «A los jugadores, cuerpo técnico e incluso a los utilleros del Pyramids les primó con 18.000 dólares por la victoria que tanto quería ante el Al Ahly».

Tras conseguir vengar con el triunfo el agravio sentido el día que escuchó aquellas críticas de la hinchada del Al Ahly, el magnate puso fin en febrero de 2019 a sus inversiones deportivas en Egipto. No se dieron detalles sobre el motivo de la venta y meses después puso pie en España, aunque la relación con su fútbol había comenzado un año antes. Porque Al-Sheikh fue quien cerró en 2018 el contrato con LaLiga que permitió que nueve jugadores de su país se incorporaran a equipos de Primera y Segunda, aunque apenas participaron en sus partidos.

Comprador generoso, Al-Sheikh es también un duro negociador a la hora de hacer caja. La UD Almería, con la venta del uruguayo Darwin Núñez al Benfica , cerró en 2020 el traspaso más caro de un futbolista en la historia de la Segunda división (25 millones).