Un Milán aferrado a la cresta de su nuevo faraón

Enfrente espera un Milán que vive con lo puesto desde hace tiempo , lastrado por las asfixia económica que ha obligado a decir adiós a algunas de sus grandes estrellas para sobrevivir. No estará el terremoto Ibrahimovic , amenaza constante sobre el césped. Tampoco Thiago Silva, el aspirante a lidera una defensa huérfana con el adiós de Nesta.

Las bajas del equipo delatan el estado de transición del equipo, séptimo en el campeonato italiano a 14 puntos de la Juventus . El rastro del Milán esplendoroso, campeón de Europa en Atenas, se difuminó este verano con la salida de medio equipo: Alessandro Nesta, Thiago Silva, Gianluca Zambrotta, Alberto Aquilani, Gennaro Gattuso, Clarence Seedorf, Mark Van Bommel, Zlatan Ibrahimovic, Maxi López y Antonio Cassano.

Entregado a Europa para maquillar una temporada hasta ahora mediocre, mil veces cuestionado el técnico Massimiliano Allegri, el Milán se aferra a la cresta de sus delanteros. Convertido a sus 20 años en el líder del equipo, Stephan El Shaarawy se presenta como gran amenaza para el Barça. En Milán le llaman Il Faraone por el origen egipcio de su familia, aunque nació en la pequeña ciudad de Savona, a 45 kilómetros de Génova. A pesar de su extravagante peinado, es un chico discreto, disciplinado, poco que ver con el carácter de Mario Balotelli, la otra gran promesa de la nueva Italia. Máximo goleador del campeonato italiano, El Shaarawy un delantero imprevisible, con gran sentido táctico y enorme calidad técnica, capaz de resolver partidos.

La sangría de jugadores ha mermado la fortaleza del Milán, pero su vestuario todavía esconde jugadores con talento, sin nada que perder y mucho que aprovechar. Es el caso de Robinho , tan irregular en Italia como lo fue en España, cuestionada su titularidad por la fortaleza de Kevin-Prince Boateng, pero imparable cuando está inspirado. O el de Alexandre Pato , recuperado de una larga lesión el mes pasado, todavía por demostrar su talento en grandes partidos. El problema es que el alto sueldo de ambos jugadores invita a pensar a que el Milán podría intentar hacer caja con ellos en el mercado de invierno, opción que el club niega con rotundidad.

El poderío ofensivo del equipo se completa con el eficiente Pazzini y el español Bojan Krkic, ex del Barça, aunque su titularidad en partidos importantes es cuestionable. Poderosa su delantera, los problemas del Milán se extienden en el resto de líneas. El equipo perdió la brújula con la salida de Andrea Pirlo, director de orquesta de la Juventus, incapaz Montolivo de ocupar su papel, empequñecido porque De Jong no es Seedorf y Ambrosini tampoco consigue olvidar a Gattuso. La situación es parecida en la defensa, agujero del equipo, que apenas se sostiene en el francés Mexes.

Lejos de la lucha por la Serie A el Milán señalaba a la Champions como refugio. «Es el peor obstáculo que nos podíamos encontrar» , admitía en Lyon Umberto Gandini, director deportivo del equipo que vive agitado por el regreso a la primera línea de Silvio Berlusconi, habitual en los entrenamientso del equipo en Milanello durante los últimos meses. Il Cavaliere ha insinuado que el equipo, lejos de desprenderse de más jugadores, podría reforzarse en el mercado de invierno y todos señalan a Mario Balotelli, cuestionado en el City.