Las penalidades del fútbol de Preferente

La expedición del CD Miguelturreño, que denunció la situación vivida pero mostró su solidaridad con su rival, sufrió este domingo el «calvario» que tienen que padecen los futbolistas del Hucarán de Balazote cada vez que juegan en su «casa». El equipo albaceteño tiene que desplazarse a la l ocalidad vecina de Barrax, a 20 kilómetros de distancia , porque el campo de su pueblo es de tierra y tanto la directiva como los jugadores se han cansado de que el Ayuntamiento de Balazote no cumpla su promesas de poner césped artificial en su modesto estadio.

El campo de Barrax no tiene operativas las duchas porque los vestuarios se encuentran en obras desde octubre por lo que los jugadores locales y visitantes tienen que andar hasta el pabellón municipal, situado aproximadamente a un kilómetro, para poder ducharse tras los partidos. Un inconveniente que este domingo le tocó sufrir al Miguelturreño como otros fines de semana ya vivieron otros clubes.