Las pataletas de las estrellas
Cristiano Ronaldo no es el primero ni será el último de un gremio donde abundan jóvenes multimillonarios y caprichosos
rubén cañizares
«Estoy triste». Tan lapidaria como mediática está siendo la frase de moda en el mundo del fútbol. Cristiano Ronaldo, el mejor jugador del mundo junto a Mess i, se quejó públicamente el pasado domingo tras el partido ante el Granada de no ser feliz en el Real Madrid ... . Razón por la cual no celebró los goles ante el equipo nazarí y expresó su descontento con el club en la zona mixta. Sus «explosivas» declaraciones han dado la vuelta al mundo y han provocado todo tipo de comentarios. Eso sí, resulta curioso o, al menos, contradictorio , que una persona tan joven (27 años), rica, famosa, exitosa, admirada y con salud diga que está triste. Y más con la que está cayendo. Pero así son las estrellas del fútbol. Caprichosas por naturaleza. Parece que nunca tienen suficiente a pesar de lo afortunados que son. Y es que la «rabieta» de Cristiano es la última de una larga lista de estrellas indomables del fútbol. Estos son algunos de los ejemplos más sonados
Robinho, indignado con el Madrid, suplicó su marcha hasta llorando
ROBINHO: Su llegada al Madrid en julio de 2005 fue la más mediática de aquel periodo estival. Fichado al Santos a golpe de talonario, Florentino puso en él todas sus esperanzas para que se convirtiera en el Ronaldinho del Madrid . Su inicio no pudo ser más prometedor con aquellos 25 mágicos minutos en Cádiz , pero pronto dejó entrever que no llegaría a ser el «galáctico» que se esperaba. Estuvo tres temporadas de blanco y en verano de 2008, cuando Ramón Calderón fue a por todas con Cristiano Ronaldo, Robinho, ofendido por lo que él consideraba una falta de respeto, se negó a jugar más de blanco y forzó su salida con ataques públicos al club. Incluso se llegó a decir que se presentó en el despacho del entonces presidente llorándole y suplicándole que le dejara marchar al Chelsea . Finalmente, fue vendido «in extremis» al City por 42 millones de euros.
ANELKA: el díscolo delantero francés llegó en el verano de 1999 al Madrid tras una dura negociación con el Arsenal. 33 millones de euros convencieron a Wenger para dejar salir al que auguraban como el sucesor de Ronaldo Nazario . Pero su primera y única temporada en el Madrid estuvo marcada por las lesiones y por su mala conducta. De hecho, en marzo de 2000 se negó a entrenar durante tres días y fue sancionado con 45 días de empleo y sueldo por el club . Nicolas Anelka retrocedió y, obligado por el presidente Lorenzo Sanz, pidió disculpas «a la plantilla, al club, y sobre todo, a los socios y aficionados del Real Madrid por la actitud que he mantenido durante los últimos días, la cual no ha beneficiado ni al club ni a mi persona». Su arrepentimiento sirvió para ayudar al club blanco a lograr la Octava con goles decisivos como en las semifinales ante el Bayern . Eso sí, en verano fue declarado transferible y regresó a su club de origen, el PSG .
ROMARIO: Llegó en 1993 al «Dream Team» De Cruyff tras deslumbrar a Europa en el PSV y no defraudó. El delantero carioca se salió en su primera temporada en el Barça marcando golazos y demostrando al mundo que era el mejor. Ganó la Liga, el pichichi, fue subcampeón de la Champions y además se proclamó campeón del mundo con la «seleçao» . Pero entonces Romario se vino arriba y decidió jugar más por las noches en las discotecas que entrenar de día. Le echó un pulso a Cruyff regresando dos semanas más tarde de lo pactado de las vacaciones de verano y, obnubilado por la «saudade » presionó sin parar a José Luis Nuñez para que le vendiera al Flamengo. En enero de 1995, tras el 5-0 del Madrid al Barça , el por entonces presidente del Barça claudicó y le traspasó.
Pero por si no tuvo suficiente, Romario la volvió a liar en su vuelta a España en 1997 . Esta vez sería en el Valencia de Luis Aragonés . Sus actos de indisciplina se convirtieron en rutina y llegó a presentarse en varios entrenamientos con claros síntomas de resaca, agotando la paciencia del «Sabio de Hortaleza» que le leyó la cartilla en público y le mandó de vuelta para Brasil con sólo cinco jornadas de competición.
WAYNE ROONEY: El delantero inglés aireó públicamente en octubre de 2010 su enfado con el entrenador Ferguson : «No soy feliz. Estoy cansado. Quiero irme del Manchester» . La sorprendente noticia dio la vuelta al mundo en minutos y Sir Alex no tardó ni cuatro días en ponerle remedio. Le convenció de que lo mejor para su carrera era seguir en Old Trafford y la directiva le mejoró el contrato y le aumentó la duración del mismo. Poderoso caballero don dinero.
Zidane llegó a decirle a Florentino que Figo no le pasaba el balón
ZIDANE: La primera temporada en el Madrid de Zidane acabó del mejor modo posible. Golazo en la final de Glasgow y la Novena en el palmarés del Madrid . Pero los comienzos no fueron tan sencillos. Zidane fue muy criticado por su bajo nivel de juego durante sus primeros meses, incluso fue pitado por el Bernabéu, y ello provocó el enfado del francés que llegó a presentarse en el despacho de Florentino acusando a Figo que no le pasaba la pelota y que no estaba a gusto. Finalmente, el presidente del Madrid logró la paz y el Madrid consiguió esa temporada una nueva Copa de Europa.
RONALDINHO: El mejor jugador del mundo entre 2004 y 2006 se diluyó como un azucarillo empapado de gloria y éxito . Llegó en verano de 2003 al Barcelona procedente del PSG y marcó una época dorada en el conjunto azulgrana ganando dos Ligas, una Champions , un Balón de Oro y dos FIFA World Player . Pero tras tres temporadas históricas con recitales como el 0-3 del Bernabéu, murió de éxito y se echó a la noche y a la juerga, bajo el paraguas del presidente Laporta , faltando a numerosos entrenamientos por «supuestas» molestias musculares. Guardiola, tras su llegada al Camp Nou en verano de 2008 , le echó del club por la puerta de atrás y desde entonces ha pasado sin pena ni gloria por Milan , Flamengo y Atlético Mineiro y con más de un escándalo de por medio. De hecho, en el Flamengo, se presentó en numerosos entrenamientos en claro estado de embriaguez y forzó su salida del club al acusarle de impago.
BALLOTELI: El jugador italiano del Manchester City , de ascendencia ghanesa, es, posiblemente, el futbolista en activo que más escándalos y pataletas acumula en su currículo. Salidas nocturnas, accidentes de tráfico, incendios provocados en su propia casa , multas de todos los colores, «pilladas» en clubes de alterne, peleas con un sinfín de compañeros, y un largo etcétera. Eso sí, en el Inter de Mourinho fue donde más se «lució» . Primero, apareció en un programa de la emisora Canale 5 , propiedad de Silvio Berlusconi, «Striscia la noticia» , y se enfundó la camiseta del Milán asegurando que siempre había sido hincha de los «rossoneri», enemigo eterno del Inter. Luego, en la ida de la semifinal de la Champions contra el Barça, justo al acabar el partido tiró la camiseta del Inter al centro del campo enfadado por sólo jugar los últimos 15 minutos del partido. Su compañero Materazzi recogió la indumentaria del césped y se recorrió medio campo para recriminarle y pegarle . Al final de la temporada nadie podía verle en el Inter y le traspasaron al fútbol inglés.
MARADONA: El «Pelusa» jugó en el Barcelona dos temporadas, entre 1982 y 1984. Sus actuaciones en el campo fueron tan sonadas como fuera de él . Nuñez le acusó públicamente de salir demasiado y de no centrarse en su faceta de futbolista y el astro argentino le echaba en cara al presidente y la directiva culé su falta de apoyo y de defensa ante la sanción de tres meses que recibió por la tángana de la final de Copa de 1984 . El final de esta película no podía ser otro que Nuñez quitándose un peso de encima vendiendo a Maradona al Nápoles.
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