Muniain despega con Marcelino y amenaza de nuevo al Barça

Muniain, “el futbolista” de esta generación de leones, ha jugado seis partidos (dos de Liga, dos de Copa y dos de Supercopa) bajo el mando de Marcelino, en los que ha contabilizado seis asistencias y un gol . Todo un cambio de dinámica si se comparan estos números con los obtenidos por el navarro con su anterior entrenador, Gaizka Garitano , con el que anotó tres goles pero solo repartió un pase decisivo en 17 duelos ligueros. «Mi sensación es que Iker, en la posición que ocupa y de la forma que estamos jugando ahora, se siente a gusto », matizó Marcelino tras la victoria del pasado jueves contra el Alcoyano en los octavos de Copa del Rey.

Más allá de los números, lo cierto es que Muniain ha expandido su juego y su pie impacta con más asiduidad con el balón, acto que siempre eleva las probabilidades de victoria de los vascos. Es el jugador el encargado de sacar todos los balones parados, como ocurrió en el gol de Williams contra el Alcoyano en el 1-2 definitivo, rematado tras centro del 10, con la ayuda eso sí del portero del club valenciano, José Juan, que no estuvo fino en la salida. Pero fue en la final de La Cartuja cuando Muniain escenificó su libertad . En el minuto 89 sacó una falta desde la derecha a tierra de nadie, entre el pelotón y el guardameta, bien resuelto por Villalibre y que puso el 2-2 cuando Koeman ya se relamía. Cuatro minutos después, ya en la prórroga, fue de nuevo el delantero quien condujo entre líneas para dejar el balón a Williams, quien revitalizó el pase con un disparo a la escuadra larga de Ter Stegen, el 2-3 final.

Había dudas en dónde encajaría Muniain en el esquema de Marcelino, un técnico que acostumbra a formar en 4-4-2, sin la figura como tal del mediapunta en su libreto. Como precedente, Carlos Soler , que por formas es el jugador del Valencia que más se asemeja al navarro, ya partía desde una banda para enarbolar su juego ofensivo por todas las parcelas del campo cuando el técnico entrenaba al equipo. Una fórmula que ha replicado en Muniain y que, de momento, es el motor de un Athletic al que muchos miran con recelo. «Para mí es muy importante que el futbolista se sienta seguro y alegre en la posición que ocupa en el terreno de juego porque eso le lleva a disfrutar». Pese al moño y la barba, la sonrisa aflora en el rostro de Muniain con Marcelino.