Marcos Alonso, viajar para triunfar

En el caso de Marcos Alonso , además, se juntaba el factor hereditario. Hijo y nieto de futbolistas, su nombre y su apellido siempre han ido ligados al fútbol español y a la selección nacional, con el peso que eso conlleva para cualquier jugador.

Él también tuvo que irse para dar un impulso a su carrera, tratar de ganar en visibilidad y demostrar que no era un «hijo o nieto de» . Salido de la cantera del Real Madrid, con el que su abuelo ganó cinco Copas de Europa, la presencia de Marcelo en el primer equipo le empujó a dirigir sus pasos lejos del Santiago Bernabéu. Solo un partido disputó con los blancos.

Su primer destino fuera de España fue el Bolton Wanderers , club que confió en la proyección del madrileño y pagó cerca de dos millones y medio de euros por sus servicios en el verano de 2010. Sus inicios no fueron sencillos y no debutó en la Premier League -aunque sí lo había hecho en la Carling Cup - hasta enero, durante la típica acumulación de partidos que se produce en la competición inglesa durante las navidades.

Un inicio a fuego lento que no desesperó a Marcos. Le costó, pero una vez llegó a la titularidad demostró su valía. En su último año con el club inglés, que había bajado un año antes a la Championship -segunda división inglesa-, fue elegido el mejor jugador del equipo por los aficionados .

Con solo 22 años, la competición se le quedaba pequeña. Decidió arriesgar y volver a cambiar de país. Italia fue su destino y Florencia, la ciudad escogida para dar un paso más en su crecimiento. Allí se encontraba con Borja Valero , otro hombre que también había pasado por Inglaterra y que ya llevaba un año en las filas de la Fiorentina.

Pero, de nuevo, la misma canción que la escuchada en su primer año en el Bolton. Participó en una competición que el conjunto italiano consideraba menor, la Europa League , pero en la Serie A solo apareció 158 minutos sobre el césped.

El cartel de Marcos Alonso en Inglaterra seguía intacto y la Fiorentina seguía confiando en que podía ser un jugador muy importante en el conjunto. Su cesión al Sunderland a mitad de temporada no pudo ser más fructífera para él: lo jugó prácticamente todo con el club inglés .

Volvió a Florencia maduro y ya fue muy difícil sacarle del once inicial. Su polivalencia - puede actuar en toda la banda izquierda y de central - y sus convincentes actuaciones hicieron que se le relacionara desde hace un año con clubes del nivel del Barcelona. Su padre, ex jugador de los azulgranas, deseaba este destino para su hijo el pasado invierno, pero no se dio la oportunidad.

Marcos Alonso tuvo que esperar medio año más, pero la recompensa habrá valido la pena: los 27 millones de euros que ha pagado el Chelsea por él no hacen si no indicar la talla de un hombre que, sin embargo, nunca ha sonado para ser llamado por la selección. No jugar en un equipo de Liga de Campeones le habrá perjudicado, pero ahora llega a un club que aspira a todo, con un entrenador - Antonio Conte - que le conoce del Calcio y con un sistema -tres centrales y dos carrileros- que potenciará sus virtudes como llegador.