Guardiola vence a Mourinho por fútbol

A la hora de la verdad, en el césped de Old Trafford, bajo la nieve, el Manchester City dominó el partido a domicilio y el equipo de Mourinho esperaba atrás en su casa en busca del contragolpe. David de Gea tuvo bastante trabajo. Detuvo con seguridad disparos muy peligrosos de Sterling y Gabriel Jesús, a quien Ander Herrera hizo un penalti de Reglamento que Michael Oliver no señaló. Guardiola se echó las manos a la cabeza.

Lo cierto es que el enfrentamiento de técnicos fue bonito. Guardiola dialogaba con Mourinho en algunas acciones del encuentro y el portugués reía, con esa permisividad que otorga la Premier para que los dos preparadores pisen las dos zonas de banquillo sin problema.

David Silva y De Bruyne eran los dueños del balón y la estrategia mourinhista se definió por un cerrojo tupido. El fútbol era azul. De Gea despejó un trallazo de Sané desde el pico del área pequeña. Y el saque de esquina inmediato lo remató Silva, tras un rechace, en el 0-1 del líder de la liga inglesa. Era el minuto 42. Fue un gol de un español a otro español, de internacional a internacional.

La táctica de los rojos, rácana, buscaba siempre el error del City y un fallo defensivo permitió a Rashford empatar el derbi al filo del descanso dos minutos después. La posesión del 75 por ciento del conjunto de Pep no se traducía en el marcador en el ecuador del gran día del fútbol en Manchester.

Fue un enfrentamiento muy físico al que Guardiola, en las botas de Silva, quiso poner calidad. La nieve convertida en agua puso muy pesado el campo. El desgaste era enorme. Mourinho tuvo que cambiar a Rojo, lesionado, y dar entrada a Lindelof. Guardiola se vio obligado a quitar a Kompany , tocado, y le sustituyó con Gundogan.

La estrategia de Mourinho quedó delatada al observar una variación tras la charla del intermedio . Salió a defender descaradamente en el primer tiempo y subió líneas en el segundo. Pero otro fallo de retaguardia, ahora la local, permitió al City anotar el 1-2. Silva botó una falta, Lukaku despejó mal y el rebote acabó con el balón ante los borceguís de Otamendi, que fusiló a De Gea.

El United tenía que hacer realidad ese adelantamiento de posiciones , sin dejar de defender, y el City disfrutó de mayores espacios. Silva disfrutó con su mando. Era una confrontación entre la clase de los azules y la explotación física de los rojos, tal y como lo exige Mourinho, que hizo de cada falta un ataque ofensivo. De Gea hizo otra gran parada en un tiro del irregular De Bruyne. Y Mourinho quiso pujar por el empate con las entradas de Ibrahimovic y Juan Mata en el ataque, el español para crear y el sueco para rematar.