Hazte premium Hazte premium

La Liga

Roberto, portero del Málaga, cuenta cómo se salvó el 11-M

El madrileño ha compartido en sus redes sociales un mensaje en el que explica que aquel día perdió uno de los trenes afectados

Roberto Jiménez durante su presentación con el Málaga EFE

S. D.

Roberto Jiménez, guardameta del Málaga, ha compartido en sus redes sociales una historia personal sobre cómo vivió el fatídico 11 de marzo de 2004. Aquel día, un atentado terrorista acabó con la vida de 193 personas. Son numerosos los testimonios sobre aquella fecha de gente que sobrevivió. El portero madrileño ha contado cómo él estuvo a punto de viajar en uno de los trenes afectados.

«Hoy hace 14 años que me levanté una mañana como otra cualquiera para ir al colegio. El plan era el de cada día. Levantarme, arreglarme, desayunar e irme andando a la estación de Vicálvaro para coger el tren dirección a Atocha y cambiar de tren hasta Alcorcón, donde se encontraba mi colegio. Rara vez mi padre y yo salíamos de casa al mismo tiempo, y en esas ocasiones, era él quien me acercaba a la estación en coche antes de irse a trabajar. Aquel día, fue uno de esos días en que coincidimos. Bueno... Tuve que esperarle hasta darme cuenta de que podía perder el tren y llegar tarde a clase. Pero me podía más, si tenia oportunidad, el hecho de ver a mi padre un rato más por la mañana antes de pasar todo el día cada uno en una punta de Madrid. Como era costumbre me dejó en la puerta y con un beso se fue. Yo corrí a los tornos, los pasé casi sin tocar ya que el túnel de acceso al andén ya vibraba con la llegada del tren, y subi las escaleras de tres en tres. Para mi decepción, las puertas del tren ya se cerraban, e inúltimente y como tantas veces hemos hecho todos alguna vez, pulsé el botón de la puerta una y otra vez mientras el tren comenzaba a acelerar progresivamente. Sin ninguna duda, ese día llegaría tarde al colegio... Mejor dicho, no llegaría... Cinco minutos más tarde, se escuchó en el andén lo que sería el desencadenante de esta historia. El ruido de una explosión se escuchó a lo lejos, pero lo suficientemente cerca para que el sonido retumbara en las vías hasta llegar a los pasajeros que esperábamos el siguiente tren en nuestro andén. Algo había explotado en la estación contigua de Santa Eugenia. Una voz aparentando tranquilidad avisó por megafonía que abandonáramos el andén y saliéramos de la estación. Sin esperar un segundo y ante la aglomeración de pasajeros a la entrada del túnel, salté la tapia y me marché a casa. Al llegar, conté lo ocurrido a mi madre y todavía sin respuesta alguna encendimos la tele a ver si decían algo. Al encenderla, nos encontramos con la triste historia por la cual hoy rendimos homenaje a todas sus víctimas y familiares de las mismas. La pregunta de que me hubiera pasado si hubiera cogido mi tren ese día se repite cada año en mi cabeza. Al igual que se repite la misma secuencia de lo que ocurrió aquella mañana. Misma secuencia, mismas preguntas y cada año la misma pena que no cesa, ni cesará nunca... como si fuera ayer".

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación