David Soria: «No le guardo rencor al Real Madrid»

-Usted empezó en la escuela de fútbol de Carabanchel.

-Así es. Una temporada quedamos campeones, por encima de Madrid y Atleti.

-¿Por qué es portero?

-Me llamó siempre la atención, me gustaba estar en el suelo tirándome.

-¿Cuándo entra en el Madrid?

-En el alevín B, a los 9 años. Y estoy hasta los 19. Bueno, estuve una temporada fuera, en el Atlético. Y luego volví.

-Regresó, se quiso ir al Tottenham, no le dejaron y ahí se torció todo. Era verano de 2011 .

-En la temporada de juvenil A yo quiero salir del Madrid porque creo que tengo una buena oportunidad en Inglaterra. El club se opone y pide derechos de formación. Esa temporada no juego nada y al acabar me dan la carta de libertad.

-¿Fue desleal con el Madrid o el Madrid no fue justo con usted?

-Ni una cosa ni otra. Son circunstancias que pasan. El club miró por él y yo por mí. Ellos no querían dejarme salir y yo pensaba que era lo mejor. Pero no le guardo rencor al Madrid, al contrario, le estoy muy agradecido. Sentía que llevaba mucho tiempo allí y no tenía los minutos que creía que me merecía. En Inglaterra me esperaba algo bonito.

-Pero no fue tan bonito...

-El primer día en el Leicester tengo una lesión. Me recupero y lo intento en el Birmingham y en el Stoke City, pero no tengo la suerte y me quedo sin equipo. Esa experiencia me hizo más fuerte.

-Vivió aquello de ‘fuera del Madrid hace mucho frío’.

-Hay gente que busca la felicidad fuera del Madrid y hay gente que está en el Madrid y no es feliz. Hay gente que vale para jugar en el Madrid, y otros que no, y luego se salen en otros equipos. Se puede ser feliz fuera del Madrid.

-Tras el episodio de Inglaterra, ¿por qué no le quiso el Sporting de Gijón?

-¿Tenía nivel para jugar en el Sporting? Yo creo que sí, pero Abelardo pensó que en ese momento, a mitad de temporada, no era el ideal para contratarme. Fue de los golpes más duros.

-Y de ahí, a entrenarse con el Canillas. Era diciembre de 2012, en un año y medio había pasado de la cantera del Madrid a casi jugar en Preferente.

-Tenía 20 años y estaba sin equipo. Así que entrenaba con el Regional del Canillas a las diez de la noche, llegaba a casa a las doce... Lo pasé muy mal, pero tenía un padre muy pesado que me insistía que la oportunidad llegaría. Dos días antes de que me fueran a hacer la ficha en Preferente apareció el Sevilla.

-Le ficha Javi García, un brillante ojeador de porteros.

-Fue la primera persona que confió en mí tras mucho tiempo. Voy al tercer equipo. Asciendo al filial, luego al primer equipo con Unai Emery y acabó ganando la Europa League en 2016.

-Con un partidazo en la final ante el Liverpool. Hizo tres paradones...

-Fue todo muy rápido. De hecho, me arrepiento de una cosa, de no haberlo disfrutado. La final se me pasó volando. Cuando me di cuenta, estaba en casa con la medalla.

-Pocas veces se le ha visto nervioso, parece un portero muy seguro.

-Los porteros nunca pueden mostrar debilidad. Es la posición más maltratada, pasas de héroe a villano y viceversa en segundos. Parar es normal para la gente y fallar no está permitido. Es una posición especial que hay que saber tanto disfrutarla como sufrirla. Saber convivir con el fallo y con las críticas. Yo disfruto con la soledad del portero.

-¿En el Getafe es donde ha encontrado la estabilidad?

-Sí. Y mi máximo nivel.

-Con Luis Enrique al tanto.

-Los primeros años en el Getafe estaba en la preconvocatoria y siempre tenía la ilusión de que me llamara. Ahora, ya no estoy preconvocado, pero, si algún día llega, bienvenido será.

-¿Mejor ir al Bernabéu en mitad de unos cuartos de Champions?

-El Madrid nunca es buen momento, y menos en el Bernabéu. Puede que tengan cansancio, pero la dificultad es extrema. Tenemos que sumar los puntos lo antes posible y relajarnos, porque ha sido un año duro. Lo que estamos haciendo es algo muy difícil. De un punto en las primeras ocho jornadas a donde estamos ahora tiene mucho mérito.