Los diez mandamientos de Asier Garitano en el Leganés

El Leganés se ha convertido en un rival difícil de doblegar, que nunca le pierde la cara a los choques hasta el final. De hecho desde el pasado mes de abril solo el Valencia y el Barcelona han conseguido superarle por más de un gol en partido oficial. En palabras del entrenador la idea es siempre plantear los choques 'para estar más cerca de poder ganar'.

El trabajo en el día a día es clave y por eso resulta esencial tener una plantilla con muchos efectivos disponibles a fin de poder desarrollar el mismo con garantías. Cuando se acumulan varios lesionados, Garitano suele lamentar que este aspecto se resienta.

El técnico difícilmente saca la cabeza como consecuencia de un logro, animando a que nadie se crea más de lo que es. Pero al mismo tiempo trata de cambiar la mentalidad de la gente evitando que esta se conforme. Pudo verse tras el pase copero ante el Real Madrid, cuando todo era alegría entre aficionados y jugadores. En la rueda de prensa posterior tomó la palabra para afirmar que 'no había que celebrar nada ni echar cohetes'.

Esta idea, que también se asocia con el Atlético de Diego Pablo Simeone, marca el camino del Leganés. Los blanquiazules saben que cada choque da la oportunidad de sumar y plantean estos como finales, tratando de preocuparse más por potenciar sus virtudes que por las que tiene el oponente.-

Las ocasiones llegan: Uno de los pilares sobre los que se sustenta el juego es la fortaleza defensiva. Todos los futbolistas, empezando por los delanteros, trabajan en esta faceta. En cuanto al ataque cobra gran importancia el contragolpe y existe el convencimiento de que el desarrollo natural de los enfrentamientos traerá consigo ocasiones. Lo importante es aprovecharlas.

Asier transmite las cosas que se consideran necesarias pero al mismo tiempo respeta las decisiones tomadas en los despachos aunque puedan chocar. El último caso parece haberse vivido en el actual mercado de invierno. Pese a que demandó un mediocentro, la entidad ha fichado de momento al mediapunta saudí Yahia Al-Shehri. Garitano insistió en su idea pero al mismo tiempo se definió como un empleado que trata de sacar el mejor rendimiento a lo que le traen.

Desde que se hiciera cargo del equipo en junio del año 2013 cuando este se encontraba en Segunda B, cada plantilla ha ido mejorando los resultados del curso anterior. Pero no hay espacio para el conformismo y el objetivo sigue siendo 'estar con los mejores'.

La parte deportiva es fundamental pero todo lo que la rodea también. De esta manera el entrenador ha trabajado para mejorar las condiciones de los suyos y que lo conseguido sea la base para un futuro prometedor. Así la entidad ha emprendido proyectos como la construcción de unas instalaciones de entrenamiento que resultan casi tan gratificantes como las satisfacciones logradas sobre el verde.

No cualquier futbolista, por bueno que sea, encaja en el proyecto. Se busca que haya un salto de calidad creciente pero quien venga debe estar dispuesto a dar el cien por cien y a hacer un esfuerzo por integrarse. Garitano y su cuerpo técnico suelen dar oportunidades a todos, principalmente en el arranque de la temporada, hasta que van conformando un once tipo. Si alguno del mismo da muestras de debilidad, sabe que puede perder el puesto y que le costará recuperarlo.

El entrenador se considera un afortunado por poder dirigir y es consciente de que aquello que funciona quizás deje de hacerlo el día después. Por eso prefiere aplazar los análisis a la conclusión de cada campaña. Y eso incluye hablar de una renovación que a día de hoy tiene a todos en vilo.