Laporta busca una revolución para el Barça

La situación del Barça es más deprimente que cuando empezó la temporada, pero ya no tan dramática. El pasado ha muerto y aunque el futuro no ha nacido, está a punto de nacer. Los entrenadores que más están sonando estos días son Bob Martínez (el candidato de Jordi Cruyff), y Xavi Hernández , preferido por los miembros más tradicionales de la junta directiva. Pero a Laporta no le convence ninguno de los dos, y están prácticamente descartados, como Sergi Barjuan , actual entrenador del Barça B. Hay prisa, la presión es evidente, y en secuencias de tanta excitación, y de tanta sensación de emergencia, puede pasar cualquier cosa, y lo que hoy parece prácticamente descartado puede convertirse mañana en la solución definitiva, pero sin saber aún en qué grado tendrá que pactar con la realidad, lo que está en su ánimo es buscar a alguien más original que «lo que todo el mundo dice», aunque sólo sea por el rechazo que le genera la sensación de que le manejan. Una apuesta más personal, más radical, que genere la sorpresa y el revulsivo que el equipo necesita para volver a creer en sí mismo y se implique en la construcción de un proyecto ganador.

Hace tres años, al final de una entrevista para la contraportada, me dijo: «Alguien como Eto'o», sin referirse tanto al camerunés en concreto como a un tipo de carácter y de personalidad en el que pensaba para cuando volviera a ser presidente.

Ha pasado mucho tiempo, y muchas cosas, y nadie en 2018 podía imaginar que el Fútbol Club Barcelona iba a ser arruinado y destruido de un modo tan despiadado y cruel por Josep Maria Bartomeu , aunque el titular de la entrevista fue todo un presagio: «El Barça está en quiebra técnica». El club azulgrana ya no está con el agua financiera al cuello, pero tampoco hay dinero para tirar y Laporta no quiere a un sustituto interino mientras encuentra a otro que le convenza, sino empezar desde ya a construir el futuro. Es una situación de máximo riesgo para intentar una genialidad, pero también lo era la que tuvo en 2008, tras superar por los pelos una moción de censura y la dimisión de casi la mitad de sus directivos, y mientras todo el mundo le recomendaba que fichara a Mourinho para asegurar los resultados, decidió apostar por un entonces desconocido -como técnico- Josep Guardiola y aquella temporada el Barça lo ganó absolutamente todo.

Eto'o no es hoy una opción, pero Joan Laporta es imprevisible y ni sus más cercanos colaboradores saben exactamente lo que pasa por su cabeza. Habla con algunos de ellos, escucha a otros y, por lo menos a la hora de escribir este artículo, la decisión no está aún tomada, aunque es cuestión de días o tal vez de horas, y por lo tanto puede ser que salte la noticia en cualquier momento. Si en cualquier otro presidente sería fácil de adivinar la naturaleza de su próximo movimiento, en él resulta siempre más difícil porque todo lo basa en su intuición y su instinto, tal como aprendió de Cruyff, y una larga lista de éxitos le avala. Fracasos también ha tenido. Es cierto: pero muchos menos.

Lo único que se sabe seguro de Jan -y en este caso es oportuno llamarle de este modo más íntimo, porque es desde donde va a tomar esta decisión tan importante- es que si se hunde o triunfa será con todo, como sucede con los que creen que el mundo nunca es suficiente y que sólo en la gloria pueden salvarse.