El miedo de Susaeta a decir «soy español»

Esta ambigüedad en sus manifestaciones coincide con la antigua forma de actuación de los jugadores que no se sentían españoles y no se atrevían a cortar una carrera manifestando una posición política clara. Existía una prueba definitiva cuando acudían al equipo nacional: si pronuncian o no la palabra «España». Mencionar «la selección» era la escapatoria general. Ahora, Markel Susaeta ha utilizado la misma política. España era «una cosa», una palabra que el joven, tímido y reacio a los medios de comunicación, utiliza constantemente en sus declaraciones. Es una persona muy humilde, sí. Pero estamos acostumbrados a este doble lenguaje. Hubo futbolistas que vivieron décadas en esa situación, sin salir del armario político o identitario. El primer caso de doble vida lo protagonizó el guardameta José Ángel Iribar .

Plusmarquista de internacionalidades con España durante muchos años, con 49 partidos, y ganador de la Eurocopa 1964, el portero vasco solo reconoció en 1976, al final de su etapa con la selección, que no se sentía español. Desde entonces dejó de ser convocado. Posteriormente destacó por su apoyo a los abertzales.

Amancio, compañero de Iribar en aquel triunfo apoteósico de la Eurocopa 64, es claro al juzgar el caso Susaeta. «Es una equivocación del chaval. Parece como si no se atreviera a decirlo (España) claramente. Si él fuera de otra región, no pasaría nada. Quizá se sienta muy español y no se atreva a expresarlo».

Dos décadas más tarde del caso Iribar, la sinceridad de José Ignacio Fernández Palacios, Nacho (Foz, 1967), defensa del Compostela, abrió un camino más franco. En noviembre de 1995, Javier Clemente señaló que seguía su rendimiento. Podía ser el segundo lateral izquierdo, tras Sergi , en la lista de la Eurocopa 96. El jugador, nacionalista gallego, fue rotundo: «Ni me interesa ni me apetece». Nunca fue llamado.

Francisco Buyo, portero internacional de los años ochenta, exige esa mismo gesto a Susaeta: «Puede que tenga miedo por la situación política de su comunidad, pero si alguien no se siente español, si no desea mencionar la palabra España y no quiere ir a la selección, solo tiene que decírselo al seleccionador y ya está».

El barcelonista Oleguer Presas siguió por el mismo sendero de Nacho. También descubrió su sentimiento nacionalista catalán antes de que Luis Aragonés meditara su convocatoria con el objetivo de formar el equipo del Mundial 2006. Oleguer era muy crítico con «el estado de derecho español». Señalaba que «tiene muchos puntos negros». El 12 de diciembre de 2005 acudió a una jornada de convivencia con el seleccionador y otros aspirantes a la lista definitiva de Alemania 2006. No volvió a contar para Luis.

Una posición de cara, sin doblez, es la que exige Adelardo, internacional en los Mundiales de 1962 y 1966, a Markel Susaeta, para que no se repitan estas situaciones de hipocresía. «Si no se siente identificado con España, que no vaya a la selección y ya está. Hay que ser más ético y decir que no quieres ir».

El futbolista guipuzcoano ha sido defendido por Vicente del Bosque: «Habría que preguntarle a él lo que ha querido decir. No debemos tener la maldad de utilizarlo». Sorprendidos se sienten muchos internacionales españoles al escuchar a Guardiola ahora. Pide la independencia de Cataluña. «Aquí tenéis otro voto de apoyo más a la independencia», manifestó en la última Diada. Pep fue internacional español desde 1992 a 2001, jugó 47 partidos y fue campeón olímpico con España en Barcelona 92 . Alfonso Pérez, que jugó a su lado, fue escueto al observar esa postura de su antiguo compañero de vestuario: «A nadie le ponían una pistola en el pecho para jugar con España».

Isacio Calleja , ganador de la Eurocopa 1964, desea que estos casos no se repitan. «Susaeta ha sido muy desafortunado en sus declaraciones. Su intento de rectificación todavía es peor. Sigue sin mencionar España. Los que hemos vivido estos colores sabemos lo que significa vestir la roja y gualda. Hay que saber lo que supone. Este chico se ha equivocado».

Feliciano Rivilla, otro campeón de la Eurocopa del 64, es condescendiente con el nuevo internacional: «Venir a la selección española es un salto muy importante, es muy joven, estaba nerviosos y ha metido la pata, porque produce una ilusión tremenda jugar en la selección del país donde naciste».

Los ex futbolistas internacionales de no comprenden este temor actual a mencionar España o selección española. «En mi etapa con la selección había jugadores vascos que decían España sin problema», subraya Buyo, que jugó en una época donde los atentados de ETA eran periódicos.

La Federación Española asegura que Susaeta erró por los nervios. Se enredó en sus redes. No supo lo que decía. Ser protagonista es superior a su carácter. Tanta prensa le supera. Solucionarlo es muy fácil. Con una palabra basta.