Joan Gaspart: «Laporta me ha prometido que el Barça no será una S. A.»

-Te estás amargando. Déjalo.

-Usted no quería ser presidente.

-Le ofrecí a mi contrincante, Lluís Bassat, retirarme de las elecciones y que a mí me dejara ser vicepresidente como hasta entonces.

-Le dijo que no.

-Y cometí el error de ofenderme y dejarme llevar por mi vanidad.

-Fue su decisión como presidente que Messi se quedara.

-Él tenía 15 años y no quería estar en la Masia y su padre nos puso como condición para renovar que le pusiéramos un piso. Los técnicos lo desaconsejaron. El señor Rexach, entonces entrenador del Barça, al que algún día tendremos que dedicarle un monumento, le dijo: «A este chaval le he visto hacer cosas que no le he visto hacer a nadie. Ponle un piso y si conviene, le pones diez».

-Pero sin duda su mayor actuación fue el fichaje de Ronaldo.

-Sí, pero el bueno.

-Se disfrazó de camarero.

-Ronaldo estaba concentrado en Miami con Brasil. Estaba casi fichado por el PSG, pero faltaba la firma del jugador, que no acababa de verlo claro. Yo entonces era vicepresidente. Llegué al hotel y la delegación brasileña me dijo que no podía ver al jugador bajo ningún concepto.

-Pero usted no se rinde nunca.

-Le pedí a un camarero español que trabajaba en el hotel que me dejara su uniforme y cogí una bandeja, una Coca-Cola, y subí a la planta 14, donde estaba la habitación del jugador.

-Estaba su seguridad.

-Un gorila de dos metros en la puerta. Le dije que me habían pedido una Coca-Cola y me dejó pasar. Me abrió la puerta el mismo Ronaldo, y cuando me presenté y le ofrecí el contrato para que fichara para el Barça, llamó a su representante.

-Suerte que no llamó a la policía.

-El representante era un italiano muy amigo mío. Le leí el contrato y lo firmamos en la cama. Cuando bajé a la recepción me volví a vestir normal y le dije al delegado de Brasil, que se enfadó mucho conmigo: «Usted tiene dos opciones, que yo mañana convoque una rueda de prensa y explique cómo le he tomado el pelo, o que el jugador, usted y yo, comparezcamos juntos y yo no explique absolutamente nada». Aunque estaba francamente encendido, eligió la segunda para no hacer el ridículo.

-El Barça hoy.

-Yo creo en el presidente Laporta. Acepto el nuevo Espai Barça y acepto el patrocinio de Spotify.

-El Madrid estrenará el nuevo Bernabéu antes de que el Barça haya empezado las obras del Camp Nou.

-Por no amargarme, pienso que nos hemos esperado para ver los errores que cometen y construir nosotros el mejor estadio del mundo.

-Los socios han abandonado al club.

-Aún no nos hemos hecho una idea del coste enorme de que Messi nos haya dejado.

-No teníamos dinero.

-El CEO tomó la decisión con el cerebro pero no con el corazón.

-El club se va a privatizar.

-Lo único por lo que no voy a pasar es por que el Barça se transforme en sociedad anónima. Laporta me ha prometido que no lo va a permitir.

-Le ha engañado.

-Yo creo en mi presidente.

-También cree en Colau.

-La respeto. Pero no comparto que diga que quiere tomar medidas para «mitigar el turismo»: he buscado la palabra mitigar en el diccionario y significa curar una enfermedad.

-Colau es contraria a los intereses de la Humanidad.

-Hay que cambiar la palabra «mitigar» por la palabra «convivencia». Si queremos un turismo de calidad, no podemos estar en contra de ampliar el aeropuerto de Barcelona. Si queremos mejorar el nivel de los turistas que nos visitan no podemos estar en contra de los Juegos Olímpicos de Invierno o del museo Hermitage.

-Colau es la señora «mitigar».

-Barcelona no es un pueblo, es una capital.

-Esto era cuando los presidentes se disfrazaban de camareros para conseguir contratos. Hoy los camareros se disfrazan de presidentes para romperlo.