Mundial sub17: Inglaterra-España
Foden rompe el sueño de España
La selección, que se adelantó con dos goles de Sergio Gómez, acabó goleada por una Inglaterra superior
Crónica
La tan manida frase de que el fútbol siempre presta revancha resonará para el resto de sus carreras en la mente de los jugadores de la generación del 2000 en España. Si en mayo remontaban a Inglaterra en la final de la Euro sub- ... 17 disputada en Varazdin, esta vez fueron los ingleses los que dieron la vuelta al marcador para llevarse el título a las Islas. Y lo hicieron con toda la vehemencia que quiso un futbolista que ya lo es con mayúsculas: el centrocampista del Manchester City Phil Foden . España, pese al disgusto, puede dormir tranquila: le viene un grupo de futbolistas con talento sobrado para servirse su propia revancha.
Desde que echase la pelota a rodar se esmeró Inglaterra en dejar constancia de que no sólo en músculo pesaba más que su adversario: con un ciclón impetuoso de verticalidad y movimientos coherentes con la misma, empotraron a España contra su marco y rozaron el gol en el primer minuto. Una mano virtuosa de Álvaro Fernández menguó la temperatura con la que el partido bullía y permitió a los chicos de Santi Denia echar la pelota al suelo y comenzar a jugar su partido.
Esta selección sub-17 es un equipo con pleno aroma a fútbol español, elevado sobre el prototipo que desde 2008 esa camiseta acostumbra a lucir con retazos de modernidad como los que presta el talentoso punta del Barcelona Abel Ruiz, un “nueve” que no descuida los quehaceres del goleador canónico pero que destaca sobre manera en las labores que corresponderían a un “diez”. En torno a sus movimientos se gestaba todo: él es el que se despega de su marca para dar validez al pase vertical que asiente todo sobre su apoyo. Y de ello se fueron sirviendo Sergio Gómez y Ferrán Torres desde los costados, corto como tenían el carrete por las ayudas defensivas que los imponentes chicos exteriores de Inglaterra exigían. Si los británicos cerraban la puerta, era el mediapunta Gelabert el que la pedía con ahínco para aclarar el panorama, aunque su inferioridad física no le permitiese constar en el vendaval de los primero minutos.
Lo coral de contadas combinaciones españolas dio paso a un gol a trompicones de Sergio Gómez , que aprovechó un balón rebotado de Juan Miranda desde la izquierda para poner el 0-1. Inglaterra mantenía siempre encendida la amenaza, con el atacante del Chelsea Hudson-Odoi imponiéndose con insistencia a Morey. No exigió Steve Cooper demasiado en el repliegue a sus futbolistas de ataque en banda, lo cual favoreció que a cada recuperación de los “pross” le siguiese una acción de uno contra uno con espacios a dos acontecimientos como Foden y el propio Hudson-Odoi. Los ingleses querían brío, que pasasen muchas cosas y que el partido se rompiese en pequeños fragmentos en los que hacer valer sus fortalezas individuales. Contra todo ello, España se hizo fuerte bajo una máxima: creer en lo que hacían.
Fue así como Víctor Chust no cedió un centímetro ante las embestidas inglesas, como Antonio Blanco enfriaba el balón en su bota derecha o como Torres y Gómez cambiaban energía para lucir arriba por gotas de sudor en campo propio . En esas, Gelabert se agarró a un balón en el área inglesa para improvisar un vals, intuyó la llegada de Gómez y éste hiló una contundente volea con destino al arco defendido por el dubitativo Curtis Anderson.
La explosión del fútbol inglés
El presente está siendo el año de Inglaterra en lo que a categorías inferiores se refiere. No en vano, viene de ganar el Mundial sub-20 y el Europeo sub-19 , habiendo caído en la semifinal del torneo continental sub-21 en los penaltis y en la final de la Euro sub-17 con el mismo elenco español al que ahora se enfrentaban. La derrota, además, llegó en un desenlace sumamente cruel para el ánimo de los mirlos anglosajones: tras ir ganando 2-1 con el tiempo cumplido, España empató y terminó ganando en los penaltis. Enrabietada por el resultado de la última contienda y la que estaba en disputa, Inglaterra se echó arriba y posibilitó que las diagonales de sus extremos aconteciesen cerca de su punzón, el delantero del Liverpool Brewster. Asistido con tino por la joya que cautiva a Guardiola , el fínísimo Foden, Brewster lució colmillo e hizo tragar saliva a España. Se terminaría atragantando el cuadro de Denia y el descanso arribó con la esperanza inglesa patentada en el marcador del Salt Lake Stadium de Calcuta .
El resultado aún sonreía a los ibéricos, pero el partido era ya de Foden. El chico dejó la banda derecha en un mero matiz de la pizarra y su apropió de la frontal del área. Su zurda dibujó caminos a los suyos y aclaró el paso a su homólogo en la siniestra . En momentos así se hizo notar que quienes correteaban por el césped eran aún niños de un candor que perjudica la competición, faltos de la pericia para hacer la “faltita” correspondiente que evite males mayores. Deslumbrada por el fútbol portentoso que con ahínco exhibía el zurdo “citizen”, a España le llovieron dos goles que ponían tanta distancia en el resultado como en la madurez de Foden sobre el resto. Hudson-Odoi y Foden, convencidos de que la renta era escasa, se encargaron de avasallar dos veces más a la zaga española para certificar una remontada tan cruda como justificable.
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