Guerra de jeques en el fútbol parisino

El reino de Baréin ha entrado en el capital del París FC, convirtiéndose en su primer patrocinador publicitario, con el «objetivo estratégico» de «relanzarlo» y conseguir que pase de segunda a Primera división del fútbol francés. Se trata de un nuevo paso significativo del reino de Baréin, que hace apenas seis meses ya entró en el capital del Córdoba CF , a través del fondo de inversión Baréin Infinity. Como el resto de los Estados musulmanes del Golfo pérsico, Baréin intenta preparar su economía de mañana, cuando los ingresos petrolíferos comiencen a recortarse. Y estima que las inversiones «deportivas» pueden ser atractivas. A través del Córdoba CF (en una ciudad emblemática de la historia del Islam medieval) y del París FC , en una ciudad emblemática del mundo del lujo y los «placeres cosmopolitas», Baréin aspira a conquistar un puesto importante en la nueva geografía del fútbol internacional.

En ese mismo terreno, las inversiones y aspiraciones de Qatar son bien conocidas, desde hace años, a través de su posición empresarial en el Barça y el PSG , dos grandes equipos internacionales. No es un secreto que Qatar aspira a convertir la Copa del Mundo del 2022 en un gran acontecimiento empresarial y financiero.

Siendo Qatar y Bahréin dos países vecinos y enemigos , enfrentados en tortuosas disputas religiosas y militares, que afectan a la seguridad de todo Oriente Medio, el choque de sus ambiciones financieras y deportivas, en París/Francia, de entrada, y en Córdoba/España, en otro plano, relativamente «secundario», tiene flecos inflamables, en cualquier momento. El 5 de junio de 2017, Baréin, Arabia Saudí, Egipto y los Emiratos Árabes decidieron romper sus relaciones diplomáticas con Qatar, acusándolo oficialmente de «financiar el terrorismo internacional e intentar desestabilizar la seguridad de todo el Golfo Pérsico». Acusaciones de gravedad palmaria, indisociables de las coaliciones, no siempre aleatorias de «lucha contra el terrorismo» que Washington y sucesivos presidentes de los EE.UU. han intentado movilizar con incierta fortuna.

Las amistades europeas de Qatar, en París, Madrid y Barcelona fueron sencillamente insensibles a las acusaciones lanzadas contra un inversor tan apreciado por la «liberalidad» de sus fondos de inversión. PSG y FC Barcelona decidieron ignorar las acusaciones de financiación del terrorismo del Estado de su accionista de referencia.

La llegada de los financieros de Baréin a París y Córdoba (primera etapa de otras inversiones en equipos de fútbol españoles y europeos), introduce nuevos factores de incertidumbre. En el terreno religioso, militar, estratégico, Baréin y Qatar son rivales enfrentados a cara de perro. En el terreno deportivo, ni el Córdoba CF ni el París FC están en situación de poder competir ni enfrentarse con el FC Barcelona ni el PSG. ¿Puede cambiar esa realidad deportiva a corto o medio plazo?

La gran ambición de los inversores de Baréin es que el París FC ascienda a la Primera división francesa. ¿Cómo pudiera conseguirse ese objetivo deportivo? Los nuevos inversores musulmanes estiman que su dinero puede hacer «milagros», sorteando y ganando una dura y compleja carrera de obstáculos, no solo deportivos.