LIGA BBVA
Messi, antidepresivo de urgencia
El argentino cierra un partido que el Barça se complicó tras un gran trabajo de Osasuna
MIGUEL ÁNGEL BARROSO
El Barcelona buscó en Osasuna su particular antidepresivo tras la derrota en la final de Copa, pero el equipo rojillo —en esta ocasión, de blanco— no estuvo por la labor. Actuó Messi como remedio medicinal cuando los agobios se hacían patentes. Los azulgrana ... saltaron al campo con noticias del paseo del Madrid en Mestalla, lo que añadía un punto de desasosiego. [Narración y estadísticas]
Guardiola —que, como Mourinho, también empezó a jugar el partido del próximo miércoles de Liga de Campeones— dejó en el banquillo a Xavi, Iniesta, Messi y Pedro, y descartó a Piqué , al que se vio en la grada dando explicaciones técnicas a Shakira. Entre pico y pico le aclaró lo de la defensa nueva y la batuta en poder de Thiago.
Y cómo el rival se dispuso en dos líneas de a cuatro, apretando al Barça en su propio campo, creyéndose durante veinte minutos en posesión del bálsamo de Fierabrás. Tiró en ese tramo un par de contraataques interesantes, pero en el 23 Jeffren se internó por la izquierda y puso un centro raso para la llegada de Villa al segundo palo. Pasó lo lógico: gol de manual. El asturiano no marcaba con el Barcelona desde el 26 de febrero en Son Moix . Once partidos sin muescas en su revólver. Shakira lo celebró abrazándose a su novio. Espectáculo arriba y abajo.
Osasuna no se descompuso y siguió confiando en su plan, permitiéndose el lujo de dar un sofocón al líder en los últimos minutos del primer acto, sobre todo con un remate a bocajarro de Damiá que Valdés desvió milagrosamente. Tras el descanso, Iniesta dio el relevo a Jeffren, el mejor hasta entonces. El manchego, que no atraviesa por su mejor momento, apenas aportó destellos de su talento en las transiciones de su equipo.
Cuando a los cinco minutos de la reanudación Camuñas volvió a asustar al respetable, Guardiola pensó que debía recurrir a sus reservas de lujo. Salió Messi por Villa y Xavi por el lesionado Milito (Pep no se la jugó con el canterano Fontás y prefirió retrasar a Busquets), pero el panorama no cambió sustancialmente. Iniesta envió a las nubes un balón que le envió Alves al área grande.
Estuvo el Barça jugando con fuego durante toda la segunda mitad, abocado a sufrir ante la presión ordenada de Osasuna, con un Lolo inspirado en defensa y un Camuñas con altura de miras, cuando en el último suspiro apareció Messi , el antidepresivo de urgencia, para aprovechar un gran pase al hueco de Alves. Demasiado premio para los argumentos mostrados. El miércoles, ante el Real Madrid, se necesitará algo más.
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