El eterno declive de Arda Turan

Turan ha copado más titulares por sus polémicas fuera de los terrenos de juego que por su rendimiento futbolístico. No en el Atlético, donde dejó pasajes inolvidables de fútbol virtuoso, regates inverosímiles y una influencia decisiva en los primeros títulos de Simeone. En el Calderón , donde el ardatunarismo acumuló fieles, definitivamente encontró su lugar en el mundo. Aunque allí también dio muestras de su fuerte temperamento al lanzarle una bota a un árbitro asistente durante un partido de Copa ante el Barcelona, molesto por la decisión de Gil Manzano de no señalar una falta que había recibido de Dani Alves. Tuvo suerte de no alcanzar al linier y que el redactado del acta no recogiese el hecho.

El turco fue uno de los protagonistas del verano electoral de 2015 en el Barça. Su carácter enamoró a Luis Enrique y Bartomeu vio clave su fichaje para ganar las elecciones. Pagó el gusto y las ganas: 34 millones de euros por un futbolista que no podía debutar hasta enero por la sanción FIFA que impedía al Barcelona fichar ese verano. Turan nunca se ganó al Camp Nou y la llegada de Valverde, en 2017, le condenó al ostracismo. A mitad de temporada se fue cedido al Besaksehir pero su retorno a Estambul, lejos de revalorizarle fue una cuesta abajo en su carrera.

En mayo de 2018 fue sancionado con 16 partidos y 8.000 euros de multa por agredir a un juez de línea y en octubre provocó uno de los grandes escándalos de la Superliga turca cuando fue condenado a 2 años y 8 meses de prisión por disparar en un hospital un arma de la que no tenía licencia. El surrealista episodio se inició en una discoteca, donde se peleó con el popular cantante Berkan Sahin, que le había acusado de acosar a su esposa. Le partió la nariz de un cabezazo y de ahí que acabaran en el hospital. Fue absuelto de acoso pero condenado por lesiones y tenencia ilícita de armas , además de disparar al suelo del local. No llegó a entrar en prisión pero fue despedido inmediatamente del Besaksehir y tuvo que regresar al Barcelona, con el que tenía contrato. En su dudoso currículum también figura una agresión a un periodista un año antes en un avión durante un desplazamiento de la selección turca por sus opiniones críticas.

Tras rescindir su contrato con el Camp Nou, en enero de 2020, recaló en el Galatasaray , el club en el que se formó, con el que alcanzó la selección y que le traspasó al Atlético por 12 millones de euros. Pero desde entonces ha estado más tiempo en la enfermería que en el campo. Solo ha disputado 276 minutos repartidos en nueve partidos . Domènec Torrent le ha dejado en Estambul. No podrá pisar de nuevo el Camp Nou, aunque ahí nadie le echará de menos.