Las diez claves de la Liga

La única esperanza que tienen los de abajo, incluidas las alternativas a los dos grandes, es el calendario , que este año se estrechará por mor de la Eurocopa de Naciones, lo que hará que Madrid y Barcelona tengan que disputar más partidos en menos tiempo, con el desgaste garantizado.

Se verán otras atracciones, como un Málaga enriquecido de la noche a la mañana, la presencia de tres equipos madrileños en Primera o el enésimo intento del Valencia por subirse al carro de los dos grandes. Lo tiene tan difícil como siempre.

O mucho cambian las cosas o vamos a tener de nuevo un campeón con muchos puntos. A medida que crece el poderío de los grandes, disminuye el de los pequeños, acuciados por las deudas. Nadie puede hacer frente a la bisagra del Madrid y Barcelona, que crecen cada año más con jugadores de gran relieve comprados con talonarios mucho más extensos y poderosos que los del resto. Si nadie de la clase media alta lo remedia, y no parece que puedan hacerlo, volveremos a estar ante un campeón de cien puntos, y puede que incluso más.

Está por ver si hay equipos que son capaces de dar el salto de calidad suficiente para incordiar a los dos grandes. El nivel del Valencia, Villarreal, Sevilla, e incluso Atlético y Athletic será decisivo para que no volvamos a sufrir una Liga a la escocesa. Con dos por un lado y el resto por otro.

De los aspirantes, parece que vuelve a ser el Valencia el que mejor se ha reforzado y parece dispuesto a la batalla. El Villarreal ha perdido a Cazorla, pero ha fichado a Camuñas. No parece suficiente para dar el salto de calidad. También está el Málaga, pero es toda una incógnita.

De nuevo el gran duelo estelar. Por ahora ha salido triunfante el delantero argentino, pero lo que hace más grande al portugués es que nunca se rinde. El año pasado marcó más goles que nadie y aunque el barcelonista recibió todos los laureles oficiales, Cristiano alargó su talla hasta límites casi históricos. Esta temporada el duelo entre los dos promete ser de nuevo de leyenda. El portugués ha vuelto más fino y delgado que nunca mientras que el argentino viene con la espina (cada vez más profunda) de su mal papel en la Copa de América, y querrá revancha personal.

El Málaga, he aquí un equipo que ha creado una enorme expectación en base a los dineros, abundantes, puestos por el jeque. Ha hecho un conjunto nuevo con nombres contantes y sonantes. Habrá que ver si el talonario hace un grupo capaz de alternarse con los mejores o si, por el contrario, pasará como casi siempre, que la cantidad no hace la calidad y, menos, el colectivo.

De cualquier forma, la pléyade de jugadores que tiene Pellegrini es para hacer temblar a los rivales y, si finalmente no lo logran, al menos habrán conseguido hacernos sonreír, que no es poco.

Nos encontramos ante una campaña atípica. Habrá Eurocopa de selecciones nacionales en junio, por lo que hay que acabar la Liga antes de tiempo. Consecuencia: habrá un calendario muy apretado en el que se jugará, casi de continuo miércoles-domingo para disputar Liga, torneos europeos y Copa del Rey, y dar así tiempo a que la selección tenga sus días para concentrarse. Con la feroz lucha que hay en cada competición, los resultados se verán alterados según el cansancio que cada uno acumule. Los grandes tendrán ahí un déficit importante.

El mismo vértigo de la competición hará que la profundidad de banquillo sea vital. El Barcelona tuvo muchos problemas la temporada pasada con ese asunto. Esta vez Guardiola ha intentado cubrirse las espaldas con el ascenso de Thiago y poder así dar descanso a hombres claves como Xavi e Iniesta. Parecía que Mourinho iba a hacer lo mismo en el Real Madrid puesto que fue un factor que le dio dividendos la pasada campaña. Sorprendentemente, el luso ha optado por reducir su plantilla y solo va a disponer de 20 o 21 jugadores, con un riesgo tremendo.

Muchos de los equipos en liza se han acogido a la Ley Concursal, sin dinero real para poder reforzarse, lo que va a alterar el orden natural de las cosas. Muchos equipos antaño poderosos, como Zaragoza, Racing, Betis o Rayo, van a andar toda la temporada entre deudas sin pagar o mal pagadas y el estrépito que es jugar en la división de honor con la guillotina amenazando permanentemente. Algunos, como el Zaragoza, han buscado recursos alternativos, recurriendo a representantes de postín, para conseguir buenos refuerzos. Otros no han podido hacerlo y eso se verá reflejado en la clasificación final.

Hay muchas bocas hambrientas de gloria llamando a las puertas de los equipos de Primera. Tenemos ejemplos claros: Morata en el Madrid, Paco Alcácer en el Valencia, Deulofeu y Sergi García en el Barcelona o Campaña en el Sevilla. Su papel puede ser fundamental si consiguen dar el salto para reforzar las respectivas plantillas, sobre todo en equipos de segundo orden que están más escasas de talento que los dos grandes. Algunos, como Isco en el Málaga, han de confirmar lo que se espera de ellos y que ya apuntaron en sus equipos de antaño. El relevo está a punto.

No es lo mismo que se te lesione Puyol, aun con lo bueno que es, que se te vaya al dique seco Messi, Xavi o Cristiano. La temporada pasada fue bondadosa con ellos, pero por ejemplo el argentino viene de unas vacaciones cortas por mor de la Copa de América. El año pasado tuvo el Mundial y su falta de descanso puede acusarlo en una musculatura corta y explosiva. Los continuos golpes que recibe Cristiano también le pueden pasar factura, lo mismo que los años a Xavi. En otros equipos, lesiones de hombres como Llorente o Soldado pueden ser decisivas.

El llegar lejos en las competiciones europeas va a ser, como casi siempre, decisivo. Madrid y Barcelona tienen más plantel, pero también más frentes abiertos. Una temprana eliminación puede ser un arma de doble filo, frustrará sus ilusiones pero por otro lado dará más tiempo de preparación para los torneos en los que sigan vivos. Cómo compaginar todo y con qué jugadores puede ser fundamental en el juego de estrategias, lo mismo que el virus FIFA, que afecta especialmente a jugadores suramericanos, como Forlán, por sufrir desplazamientos mucho más lejanos.