Fútbol
Cuentos de hadas y batacazos históricos en las grandes ligas europeas
Lille e Inter se coronaron en sus países tras 10 años sin títulos, mientras que Werder Bremen y Schalke 04 pierden la categoría en Alemania
Iván Martín
La suerte y la desgracia son los elementos que convierten al fútbol en un acontecimiento mágico. Por encima de salidas lavolpianas o regates imposibles, es su carácter impredecible lo que realmente enamora al aficionado . Porque la razón, los análisis refutados de opinadores de ... profesión o la estadística avanzada pasan a un segundo plano cuando interviene la fortuna. Cuando la diosa aparece, la incertidumbre y la creencia cuasi religiosa traspasan las paredes del deporte y el fútbol se convierte en una emoción colectiva, en un estado de ánimo. Tu día es menos malo si tu equipo ha ganado; tu vida, de repente, cobra sentido si el equipo de tu pueblo, el que nunca ganaba nada, se lleva un título. La historia de este viejo deporte está llena de relatos increíbles propios de la más fantasiosa de las literaturas. Aquella Premier del Leicester, la Eurocopa de Dinamarca, la primera Serie A del Nápoles… Fechas innumerables donde el talento y la suerte maridaron a la perfección.
Este fin de temporada 2020-21, el pandémico curso que estoicamente hemos aguantado sin público, ha vuelto a dejar algunas historias, algunos cuentos de hadas, que permanecerán en el recuerdo del aficionado para siempre. El mejor y más sorprendente ejemplo es la Ligue 1 conseguida por el Lille con un equipo repleto de retales que, a priori, aspiraba a sobrevivir en la mitad de tabla. Su plantilla contaba con futbolistas como Yilmaz , con 35 años en su primera experiencia en una competición potente; José Fonte al borde de la retirada; un Renato Sanches venido a menos tras la Eurocopa de 2016; y un puñado de jóvenes imberbes sin cartel en la élite. Pues bien, este equipo se ha impuesto a un multimillonario PSG plagado de estrellas en la última jornada del campeonato francés. Diez años después, el título de Liga regresa a la pequeña ciudad del norte de Francia.
Otra historia bonita de este final de campaña se vivió en Italia. El Inter acabó con la hegemonía juventina y también, tras una década, la Serie A viajó a la mitad neroazurra de Milán . Su historia es menos sorprendente que la del Lille, pero tras el triplete y la salida de Mourinho, el Inter vivió una época de miseria y ostracismo sin relevancia en Europa y, por supuesto, sin títulos. Tras la debacle en Champions, donde los de Conte cayeron a las primeras de cambio, el equipo volvió a armarse desde la salida de balón en la competición doméstica. El ritmo de Achraf , Barella y, sobre todo, de Romelu Lukaku fueron demasiado en un campeonato italiano venido a menos.
Pero, sin duda, el acontecimiento más romántico en las grandes ligas es la primera clasificación europea del Unión Berlín , el primer equipo de la extinta RDA que alcanza tal mérito. Este modesto club, fundado a principios del siglo pasado y construido literalmente por sus socios (ellos mismos levantaron su estadio en los grises bosques del extrarradio berlinés), ascendió a la Bundesliga hace dos temporadas. Hoy es equipo de Conference League tras su mejor curso en la élite: fue séptimo, no perdió ninguno de sus encuentros ante el Bayern y venció a Dortmund y Leipzig. La campaña que viene, el An der Alten Försterei (uno de los pocos campos en los que el fútbol aún se disfruta de pie), será testigo del nuevo experimento de la Uefa, la Conference League.
Un pasado mejor
Temporada dramática en Alemania. Dos pilares de la Bundesliga, Schalke 04 y Werder Bremen , descienden después de varias campañas jugando con fuego. Acompañan a otro histórico, el Hamburgo, que bajó a Segunda por primera vez en su historia en 2018 y allí permanece. Las reconstrucciones nunca fueron fáciles; bien lo saben en Sunderland o La Coruña. Otro grande en horas bajas es el CSKA de Moscú . El 13 veces campeón de Liga ha quedado sexto en la Premier rusa y por primera vez en 20 años no participará en competiciones europeas.
Así es el fútbol, un deporte que para bien o para mal el mérito y la fortuna siempre fueron de la mano. El futuro, entre Superligas y reformas UEFA, se avista triste y monetariamente necesario. De momento, a partir de la temporada que viene, el acceso a Champions y Europa League será más complicado que nunca para los equipos dominantes de las ligas modestas de Europa. La Conference League, el tercer escalón continental, será su nuevo refugio.
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