El Barcelona sigue a lo suyo

Va camino de registros estratosféricos y hay u na realidad imposible de cuestionar si uno se centra en los números, que dicen que este es el mejor Barça de siempre a estas alturas y que galopa en la Liga sin demasiada oposición. Todo muy bonito en la presentación para camuflar otra tarde de luces y sombras , muy parecido lo de este domingo a lo que le sucedió en Riazor ante el Deportivo y que acabó igualmente de la misma manera. Controladísimo el pulso con ese exagerado 0-3 al descanso, el líder se complicó la vida de la forma más tonta y solucionó el conflicto por inercia, satisfecho con un triunfo insulso .

Parecía que Palma no tenía nada de especial para el Barcelona después de ver lo del primer tiempo. Se escapó como si nada aunque su juego no enganchó y luego dio vida a un rival moribundo que va a la deriva, en caída libre el Mallorca después de seis jornadas consecutivas sin sumar. Le penalizó su poca agresividad en ataque y la condescendencia de una defensa extremadamente blanda, contagiada también por los errores de bulto de Aouate.

No fue la mejor tarde del portero, inmóvil en el sensacional libre directo de Xavi y estrepitoso en un remate de Messi desde la frontal que no entrañaba mayor peligro que el intento. En el gol de Tello, novedad en el once junto a Piqué, poco pudo hacer más allá de lamentar su mala suerte. Ese 0-3 parecía definitivo .

En realidad fue el Barcelona el que metió al Mallorca en la pelea . El equipo de Caparrós, desatendido por una afición que ni siquiera acude cuando se acercan los grandes porque los precios están por la nubes, se encontró con dos goles de sopetón. El primero lo propició Dani Alves al dejar una autopista en su carril para que entrara Pereira y sonrojara al brasileño, más pendiente de acusar a la prensa de invenciones que de mejorar su cuestionable curso. El segundo lo propició una mano tonta de Busquets, penalti transformado por Víctor para darle emoción a una cita que se consumía entre bostezos. De repente, un partido en donde quedaba muy poco que contar.

Desde el agobio, inquieto el Barcelona porque le hieren con mucha facilidad, el conjunto azulgrana se procuró de dar un paso al frente para no llevarse un susto mayor. En el carrusel de cambios, Vilanova hizo el de siempre y retiró a un invisible Villa para que Alexis encendiera al personal .

Fue incisivo y asistió bien con el pecho a Messi para que el argentino despejara cualquier duda con un trallazo a la escuadra, tanto especial porque suma ya 76 en 2012 y supera hasta a Pelé . Con todo, su definición puede tener algo de polémica porque Alexis estaba en el campo de visión de Aouate. No hubo más ni para bien ni para mal, una tarde con más goles que fútbol, una tarde para que el Barça siga igual.