El Chelsea desespera al Barcelona

Lo intentó desesperadamente y al final se quedó sin ideas, hastiado porque chocaba una y otra vez con la muralla azul del Chelsea , menor a medida que los minutos le negaban una recompensa que antes sí había merecido. Se fue con 1-0 de la City y ya le toca pensar en el clásico, que también promete emociones fuertes. Esto no para y ni siquiera puede lamentar el infortunio de la última jugada, que acabó con disparo al palo de Pedrito . Esta vez no hubo «iniestazo». [Las mejores imágenes]

La liturgia de la Champions gusta más en partidos como éste, convertido el Chelsea-Barcelona en un clásico europeo del siglo XXI que no acostumbra a defraudar pese al pobre espectáculo. No hay trampa ni cartón en la propuesta inglesa, entregado Di Matteo a la vieja guardia (Terry, Lampard y Drogba) y confiado en el músculo de una plantilla construida a un precio insultante en busca de un sueño común.

Tampoco engaña el Barça, que se siente mucho más guapo con la pelota y entiende que el fútbol es pasar y pasar, facilísima la receta sin que exista un plan B en el manual que ha hecho exclusivo a Pep Guardiola. Fiel a sus principios, aplicó la teoría con muy buena cara durante todo el primer tiempo y, sin embargo, se marchó a la caseta con el rabo entre las piernas, tan aturdido que fue incapaz de explicarse los motivos que le llevaron a la caseta en desventaja .

Después de un puñado de ocasiones y un hiriente porcentaje de posesión , cayó en la trampa del Chelsea y fue a remolque desde que acertó un delantero eterno como Drogba, siempre amigo del gol desde cualquier postura, el mejor finalizador para una contra como la que dirigió Ramires.

Valen todos los caminos en el fútbol porque en unas semifinales de Copa de Europa se trata de ganar sin que importe el romanticismo ni los preliminares, oda al resultadismo por encima de cualquier floritura . Así lo exclamó el Chelsea y Stamford Bridge agradeció el desenlace antes del descanso porque vio a su equipo muerto por momentos. El Barcelona, que apareció sin Piqué de inicio, movió a su antojo la pelota y pronto maldijo a la suerte en un remate de Alexis que impactó en el larguero , el preludio del asedio de después. Iniesta probó a Cech, Cesc, horrible, falló un disparo cuando sus compañeros ya se abrazaban y Messi cabeceaba sin premio desde el cielo.

Todo pasaba en el área del Chelsea, como un evidente agarrón de Cahill al propio Iniesta sin que se sancionara , y sin embargo la noticia llegó en la de Valdés, que apareció sólo una vez y fue para recoger el balón de su portería. El fútbol y sus tópicos, el fútbol es así.

No cambió nada en la reanudación salvo que apareció la lluvia y mojó de verdad, más épica la estampa si cabe. El 1-0 dio más sentido al conservadurismo extremo del Chelsea y el Barça mantuvo la tendencia vertical, quizá un pelo espeso en la circulación y tan fallón Alexis como al principio.

De tanto buscarlo se desesperó sin que le importara demasiado que haya una vuelta en el Camp Nou y paulatinamente se fue diluyendo, ni rastro de los buenos. Xavi pareció uno más, Messi correteó con poca gracia, tampoco los nuevos alteraron el paisaje y a Iniesta se le esperó para otro milagro . El 18 de abril de 2012 no resultó el 6 de mayo de 2009 porque el palo le negó la gloria a Pedro.