Tributo de Messi a Guardiola

Desde la adversidad, el objetivo siempre ha sido cabalgar hasta el final y no regalar el título, que el campeón se lo gane, y de ahí que el amor propio de los catalanes sea notable, enganchados a un Messi que va más allá de Gerd Müller y que firmó tres tantos más para plantarse con 68 (46 en Liga) en un curso que con cualquier otro parecería irrepetible. Ausente en la sala de prensa, el «10» se despide de su padre espiritual haciendo lo único que sabe hacer. Los goles son su tributo .

El barcelonismo ya echa de menos a Guardiola sin que todavía se haya ido , encargado el técnico de mantener el nivel sibarita que ha expuesto siempre su equipo y responsable de que el traspaso de poderes resulte lo menos doloroso posible. El Camp Nou vive en gris porque celebra la decisión del club, coherente con la apuesta de Tito Vilanova y sin voces discordantes en el entorno con el silencioso sucesor, pero no hay consuelo ante la perdida .

Ayer, contra un Málaga creído y sin prejuicios hasta que Messi dijo basta , vivió la penúltima noche en familia y se contagió el equipo de cómo soplaba el viento, triste y abandonado en apariencia, letal para resolver el entuerto. Mayo arrastra aires melancólicos por cómo se cerró el trágico mes de abril, es inevitable.

Después del atracón y la noche de baile en Vallecas, al Barça le costó más de la cuenta subirse al tren , rehabilitados Alves, Cesc e Iniesta en un conjunto que parece mejor con el esquema de siempre. Ahora que se va, Guardiola apuesta por la fórmula que le catapultó hasta el infinito con el magnífico 4-3-3 tan reconocible en clave azulgrana, utilizado ya en otros tiempos y casi siempre con buenas historias que contar.

Más allá de los nombres, lo que importa es el cómo y el balón, tan mareado en el rondo mayúsculo como el oponente de turno. Sin embargo, el Málaga no es un cualquiera y en su caso ha ido bien la inversión, muy bien entendida por Pellegrini y resolutiva con todo el talento que atesora un plantel que apunta a Champions. En diez minutos, Duda había enviado un lanzamiento de falta al palo y los andaluces advertían al Barcelona de que la tarde no iba a ser fácil.

Al Barça le ayudó mucho el contar con Iniesta, brillante , y el desarrollo favorable del primer tramo de la reanudación. Hasta ahí, y pese a adelantarse pronto con un gol de Puyol, presentó alguna laguna por la zona de Pinto, portero para la Copa que no tranquiliza demasiado y que recogió de su portería un buen cabezazo de Rondón.

El pulso se decidió desde los once metros y Messi esta vez sí acertó , incluso lo hizo dos veces. El primero fue antes del intermedio y el segundo justo después, empaquetado el problema para alivio de todos. No lo festejó con mucha gana, pero sí el tercero, muy bonito, muy messiano. De ahí hasta el final, carrusel de cambios a modo de reconocimiento, pero ninguno más emotivo que el del Camp Nou a Guardiola. Sólo quedan tres tardes con él .