El Barcelona sí cree en la Liga

El resultado del invento guardiolístico fue un primer acto con muy buenos momentos en el arranque y un golazo para sentenciar sin que se valore lo suficiente porque Messi acostumbra a hacer maravillas tarde sí, tarde también. En medio, un tramo con menos frescura, pero también insultante la superioridad y el dominio del balón , que siempre rodaba en el campo de un Getafe desbordado. Al conjunto madrileño, que venció en la primera vuelta, le sorprendió la disposición local porque el Barça salió con un puñado de atacantes en una alineación propia de otro tiempo.

Cuenca y Pedro ensanchaban el campo y por el centro correteaba con mucha gracia Alexis , autor del primer gol con un muy buen tiro desde la frontal que dignifica su trabajo infinito. Y suelto, a su aire, lejos de las exigencias tácticas ya que él no necesita pizarras ni flechitas para rendir, campaba Messi sin oposición ni sombra.

Le humanizó un falló cuando estaba solo ante el portero, asistió a Xavi en una jugada que salvó Cata Díaz para alimentar la leyenda de los goles fantasmas y la aplicación de la tecnología, y cerró la velada con un tanto brutal. Suyo fue el zurdazo a la escuadra, durísimo, pero el taconazo de Iniesta también merece capítulo aparte y se entiende que Guardiola se echara las manos a la cabeza ante semejante regalo . Al descanso, todo encarrilado en el Camp Nou, que recordó a Abidal en el minuto 22 y únicamente sufrió en un disparo de Rubén Pérez que rozó un palo de Valdés.

La noche se afeó con la lluvia y el viento, desagradable el paisaje sin que sufriera cambios el guión ya que el Barcelona siguió a lo suyo, aseado y correcto, y el Getafe tampoco buscó nada más que caer con dignidad. El pulso lo finiquitó Alexis haciendo de «9» puro sin que lo sea , genial su cabezazo después del centro de Messi, y Pedro, también con la cabeza, se sumó a la fiesta dos minutos después. El canario sube todo lo que había bajado.

Y ahí va el Barça, que finalizó con diez canteranos sobre el césped , tan sonriente como trabajador y a expensas de otro fallo del líder. Guardiola aún dice que no, que el título es una quimera, pero el equipo le niega la mayor al símbolo con actuaciones tan convincentes como esta. El Barcelona sí cree en la Liga .