Igualdad en esa tierra de nadie

La tarde primaveral llenó las gradas del Manzanares y el público tuvo una buena dosis de entretenimiento, lo cual no es poco. Los desajustes defensivos suelen condenar al Atlético a ir a remolque la mayor parte de los partidos. Ayer no fue diferente. La primera parte resultó igualada, con más presencia local en el juego ofensivo, hasta que llegó el toque de distinción del Sevilla: balón colgado al vértice izquierdo del área que Perotti dejó con el pecho para que Negredo lo empalmara a la red de fuerte zurdazo. Demasiado premio para lo que mostró el cuadro hispalense, pero el guión suele repetirse con tozudez en el Calderón. En la siguiente escena Javi Varas sacó un disparo a bocajarro del Kun, otra vez el mejor de su equipo.

En la reanudación el Atlético de Madrid salió con más intensidad y logró el empate rápidamente gracias a un preciso cabezazo de Koke a pase de Forlán. Dos buenas noticias para la parroquia: el uruguayo acreditó su encuentro más completo de la temporada y, aunque no marcó, estuvo presente en la mayoría de las jugadas de peligro de su equipo; y Koke lleva camino de convertirse en el nuevo héroe para los atléticos. El canterano, en apenas un par de apariciones, ya se ha ganado su cariño. Algunos pitos se escucharon cuando Quique decidió sustituirlo por Juanfran mediada la segunda parte.

El tanto del empate sirvió para que los locales creyeran en sus posibilidades. Hubo unos minutos en los que estuvo cerca el 2-1, con un Reyes pletórico de fuerza y un Agüero peleón aunque más desacertado que otras tardes. Entonces, en un contragolpe de manual, Navas envió un balón atrás para que Rakitic, libre de marca, ajustara el balón al palo derecho de De Gea. Unos metros por delante, más cerca de su portero que del atacante rival, tres defensores del Atlético fueron espectadores de excepción de la jugada. El 1-2 no sólo evidenció el gran momento del croata, sino que volvió a reeditar los peores despistes defensivos de la defensa atlética, que Quique cambia cada semana sin encontrar la solución definitiva. Esta vez fue Perea el que no estuvo presente por decisión técnica.

Con el partido en franquicia, el Sevilla dio un paso atrás y Reyes encontró al fin el premio a su constancia. Culminó una internada por la banda izquierda con un gran disparo cruzado que batió a Varas. Sin embargo, fue el Sevilla el que dispuso de la oportunidad más clara para lograr la victoria, pero el zapatazo de Negredo fue repelido por el larguero. El empate deja a los dos conjuntos en esa tierra de nadie que nada aporta a su debate particular.