eurocopa 2012
Eurocopa 2012: El laberinto de Cristiano Ronaldo
La falta de gol de su estrella preocupa a Portugal y desespera al propio interesado
efe
Cristiano Ronaldo parece atrapado en un laberinto sin salida. A medida que no da con el gol en la Eurocopa 2012 , su impaciencia y frustración le conducen a escoger con más frecuencia la opción equivocada.
Ni siquiera la reconfortante victoria lusa ante Dinamarca ... contribuyó a su tranquilidad mental. Dos flagrantes tantos fallados en la cara del portero danés Andersen y una media docena de incursiones fallidas pusieron a Ronaldo al borde del colapso.
Cuando el ariete Niklas Bendtner empató en el 80 él fue el primero en buscar el balón para ponerlo rápidamente en juego. Su gesto transmitía rabia y también cierta desesperación.
Siete minutos después Portugal marcó el definitivo 3-2 por Silvestre Varela, el goleador insospechado que había saltado del banquillo. El astro del Real Madrid no se sintió con fuerzas para felicitarle. Simplemente se desplomó en el césped.
El gesto catártico también tiene algo de «narcisista», según algunos de sus detractores. Ése gol salvador no salió de sus botas, las mismas que marcaron la friolera de cerca de 70 tantos en una temporada al servicio del Real Madrid.
Sus compañeros siempre le buscaron, pero fue con Nani, el extremo del Manchester United, a través del que los lusos generaron más peligro. El pase del 2-0, obra del zaragozista Hélder Postiga, lo firmó el luso-caboverdiano.
Desacierto
El "siete" de la selección pasó sus peores momentos cuando marró dos ocasiones que en el Real Madrid probablemente acabarían en gol. A comienzos de la segunda parte, un contraataque bien dirigido por su equipo le puso en un uno contra uno que definió con desatino al cuerpo del guardameta.
Cerca del minuto 80 y con Dinamarca en el cogote, no fue capaz de sentenciar en un balón franco que le había servido Nani. Remató desviado.
Tampoco se lució en una de sus especialidades. Ejecutó dos faltas sin su precisión habitual. Después, cuando escuchó los ya habituales gritos de la hinchada rival "Messi, Messi" , se aventuró en frustradas aventuras solitarias. Ronaldo contra el mundo.
Al terminar el partido, se le vio brevemente con sus compañeros. Enseguida se dirigió al vestuario, quizá divagando sobre su particular dilema con el gol.
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