Salvador Sostres
Contigo empezó todo
Contigo empezó todo y ahora no puedes quejarte de los excesos de la turba envalentonada. Tú bajaste a Twitter a encender las más bajas pasiones de la cloaca y hoy te haces la niña tonta en medio de la orgía. Tienes derecho a no querer ... volver a la selección, pero tu anuncio de retirada en diferido es una grotesca farsa: los que de verdad se indignan se van al instante, y de un portazo. Sé algo de eso, por desgracia.
Tu quedarte -calculado hasta rebanar lo que dé de sí el Mundial de Rusia - niega cualquier credibilidad al intento de dotar de un plus de dignidad lo que a fin de cuentas será una jubilación progresiva del fútbol, pues tendrás ya 31 años, las fuerzas empezarán a flaquearte y harás bien en administrarlas en tu club, a la espera de una oferta que no puedas rechazar de cualquier equipo árabe con el que firmar tu último contrato millonario.
Contigo empezó todo, y hasta siendo futbolista tendrías que saber que Twitter es un váter, que quejarse es de cobardes y que tal vez tu pretendida épica no nos parecería tan de pacotilla si en lugar de tanta propaganda mostraras más agallas.
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