Las perlas de Javier Clemente

Quizá su salida de tono más conocida sea la que protagonizó cuando entrenaba al Murcia en 2008. El blanco de su dardo verbal fue Manolo Lama , y aunque muchos medios interpretaron que estaba deseándole la muerte al periodista, él aseguró que estaba tratando de decir justo lo contrario.

Conviene reproducir las declaraciones íntegras y que cada entendedor decida: «Manolo Lama en el 87, en plena guerra mía con ellos, tuvo un accidente de tráfico que no se mató por el canto de un duro. Y le mandé un telegrama diciendo que sentía mucho lo de su accidente aunque no compaginásemos en lo profesional, y que ojalá se recuperase pronto. ¿Sabes lo que yo pensaría hoy? ¿Lo que a mí me hubiera venido muy bien, con Clemente en plan egoísta? Pues que entonces hubiera palmado . Porque me ha dado dos mil hostias, me ha insultado diez mil veces, me ha perjudicado en todo lo que ha podido, y yo resulta que le estaba deseando que siguiera viviendo».

Esa guerra a la que se refiere Clemente con el grupo de comunicación PRISA se recrudeció tras un tenso episodio en la Eurocopa del 96, cuando el entonces seleccionador interrumpió a empujones una entrevista que un periodista de la SER estaba haciéndole a Guillermo Amor, al grito de «no hables con esos hijos de puta» .

Otro de sus «enemigos» en los medios ha sido el periodista J. J. Santos . Clemente llegó a vetar su presencia como reportero de TVE en el Mundial de Francia, dirigiéndose al director deportivo de la cadena con estas palabras: « Como venga el cojo al Mundial, tendremos lío . Te aseguro que paro el entrenamiento. Estás avisado». El vasco ha dedicado unos cuantos comentarios irónicos a la cojera de Santos, con quien mantuvo numerosas batallas en los medios.

Pero el rubio de Baracaldo no solo tiene balas para la prensa. También ha mandado recados a compañeros de profesión. En 1997, cuando ejercía de seleccionador, Clemente fue la mano inocente en el sorteo de cuartos de final de la Copa del Rey. Emparejó al Atlético de Madrid con el Barcelona. Radomir Antic , entonces míster colchonero, dejó caer una perla: «Sacando la bola Clemente, no podía ser de otra manera».

La respuesta del vasco no se hizo esperar: «Antic me ha llamado tramposo cuando yo no he hecho una trampa en mi vida. Lo que pasa es que igual está acostumbrado a ver apañados todos los sorteos. Ha venido a un sitio donde ni se apaña ni se amaña nada. Por eso llamarme tramposo es muy complicado. Que se cuide, que tiene muy mala pinta. Está gordo, muy gordo. No sé si será la comida o el alcohol . Que coma menos o que trabaje más. Se mete en todos los charcos», dijo a modo de celebración tras su partido cincuenta al frente de España.

Más recientemente, la revista «Quality Sport» le entrevistó cuando se había quedado «parado» tras ser destituido como seleccionador de Camerún. El técnico llevaba un par de años sin frecuentar los micros españoles, y tenía muchos temas sobre los que despacharse: Marcelo Bielsa («No hay que magnificarlo, Bielsa no es Dios. Con él, el equipo no ha ido para adelante. Todavía no ha ganado nada. No ha cambiado mucho el estilo.»), Leo Messi («Es canterano del Barça entre comillas. Ficharon al mejor niño de toda Argentina. No le han hecho jugador. Messi era Messi y le han pulido»), Pep Guardiola («No es el mejor entrenador del mundo, es el que más ha ganado. No me gusta cómo juegan cuando aguantan el balón»), Cristiano Ronaldo («Ya no tiene edad para aprender. Con 13 años algún día tenían que haberle mandado a casa») y Vicente del Bosque («Mi España era mejor que la suya»).

César Luis Menotti ha sido otro de sus enemigos íntimos en los banquillos. En 1988, el argentino llegó a calificar a Clemente de «subnormal profundo» y a afirmar que fuera de Bilbao no lo conocía nadie. Sucedió cuando el primero dirigía al Atlético y el segundo al Español. El vasco, por supuesto, respondió: «En Bilbao ya saben que soy un subnormal por aguantar a estúpidos como él».

También ha sido duro con sus propios jugadores. En 1990, en su segunda etapa al frente del Athletic, contaba con una plantilla de jugadores muy jóvenes entre los que estaba un debutante Josu Urrutia, el actual presidente del club. Los resultados fueron malos en comparación a aquel equipo con el que ganó dos ligas y una Copa a principios de los 80. «Es que los jugadores todavía son unos niños, unos mingafrías» , dijo el técnico en una rueda de prensa, inmortalizando un apelativo que explicó años más tarde .

Tuvo roces con Samuel Eto'o , al que dirigió en Camerún. El jugador, durante un partido de la selección, llegó a invalidarle un cambio al entrenador. Unos años antes, en 2006, cuando protagonizaba su tercera aventura con el Athletic, el de Baracaldo despertó las alarmas de la correción política por unas palabras hacia Eto'o. El camerunés había escupido a uno de sus jugadores, y hubo quien tachó de racista la descalificación posterior de Clemente: «Lo de escupir a un rival, pues creía que lo hacían los que bajan de un árbol».