Fútbol
Las claves del éxito del proyecto de la Real Sociedad
La Copa del Rey, primer título en 34 años, pone en valor la apuesta por la cantera y por el estilo de juego que practica el equipo
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Iniciar sesiónDe todos los caminos que conducen a la gloria en el fútbol, la Real Sociedad escogió uno basado en la cantera y en un estilo de juego atractivo de ver. Una fórmula que, 34 años después, ha llevado al conjunto donostiarra a volver a ser campeón con un equipo plagado de gente de la casa. ... Y es que a pesar de las gradas vacías de La Cartuja, una pequeña parte de la afición de la Real sí estaba presente en la final de Sevilla, porque cualquier hincha se vio reflejado en las lágrimas de Mikel Oyarzabal , un chico de Éibar al que ofertas no le faltan, pero que siempre soñó con salir campeón con el equipo de su infancia. Ni que hablar de Imanol Alguacil , que era de los que de pequeño se encerraba en su habitación a llorar cuando la Real perdía y que celebró el título poniéndose la camiseta, bufanda en mano y entonando el himno en sala de prensa. «Me da igual si es modo aficionado o modo forofo, como lo queráis llamar», dijo antes de arrancarse.
El éxito ‘txuri-urdin’ se explica a través de varios nombres propios. Uno de ellos es Luki Iriarte , director del fútbol base de la Real, cuya cantera fue reconocida recientemente como la mejor de España por «Fútbol Draft». Contra el Athletic, ocho de los quince jugadores que participaron en la final habían pasado por Zubieta , nombre por el que se conoce a las instalaciones deportivas del club. «Trabajamos de manera diferente a otras canteras, con los niños en su entorno, en su colegio y con sus familias, y con la Real acompañando», contaba Iriarte a este diario el pasado mes de noviembre. Una forma de trabajar que se ha convertido en la base de una plantilla que, actualmente, cuenta con más canteranos que ninguna otra en España. «El objetivo, históricamente en la Real, es preparar a los jóvenes para poder llegar al primer equipo. Es algo de siempre, una idea perpetuada en el tiempo», decía Iriarte.
Apuesta por un estilo de juego
Otra pieza esencial en este engranaje es Roberto Olabe, al frente de la dirección deportiva desde 2016. Él es el responsable de los fichajes que han ido moldeando a la actual Real Sociedad. Hace menos de un mes, Olabe compartió con la prensa algunos detalles de su forma de actuar: «Cuando llegué, éramos un equipo que jugaba bien, pero mucho en base al balón y al pase, mezclando jugadores del tipo Illarra, Zurutuza, Granero, Xabi Prieto... Nos costaba realmente explorar el espacio, ya no te digo conquistar. Viajábamos juntos, pero el viaje de vuelta era muy jodido. Una de las cosas que nos planteamos era mejorar el modelo». Empezó entonces la búsqueda del anhelado espacio, con hombres como Mikel Merino, Martin Odegaard o David Silva, especialistas en hacer magia en los últimos metros, inventar un pase que nadie ve y arañar un hueco en una defensa encorsetada.
Así pues, en 2019 se incorporó a Mikel Merino, cuyo talento no solo se ha abierto paso en la Real, también en la selección española. De hecho, de sus botas nació el excepcional pase a Portu que terminó con Íñigo Martínez cometiendo el penalti que luego marcaría Oyarzabal. Fue precisamente él quien abrió un espacio que acabaría decidiendo la final. Además, Merino fue elegido mejor jugador del partido. Aquel mismo verano de 2019 se fichó a Isak , un diamante sueco que había llamado la atención de equipos como el Real Madrid. Otro jugador que encaja a la perfección en el estilo de la Real y que también ha sido determinante en el título de Copa, pues no hay que olvidar que fue la gran estrella del cruce de cuartos, con dos goles y una asistencia en el Santiago Bernabéu.
El último en llegar fue David Silva el pasado verano. Una maniobra que se empezó a fraguar con el regreso de Odegaard al Real Madrid y el consecuente debilitamiento de la faceta creativa del equipo. Ante esta situación, Olabe fue más rápido que nadie. Pocos jugadores hay mejores que Silva cuando se habla de espacios en el fútbol. Entonces se rumoreaba que el canario, que había terminado contrato con el City, podía recalar en Italia o en un país exótico. Pero cuando recibió la llamada de la Real y conoció más detalles del proyecto, lo tuvo claro. Silva encajaba como un guante: «Se está jugando un fútbol muy bueno que para mis condiciones viene muy bien», dijo en su presentación. A la vista está que ni el club ni el jugador se equivocaron en su apuesta.
Y al frente de todos estos jugadores, en el banquillo, está Imanol Alguacil . «De sangre 'txuri-urdin'», como le gusta decir, pudo cumplir su sueño en los noventa de vestir la camiseta del equipo de su infancia. Más tarde, cuando ejercía sus labores en la cantera de la Real, se le propuso hasta en dos ocasiones dirigir al primer equipo, pero al contrario de lo que habría hecho cualquier otro ante la oportunidad de su vida, rechazó la oferta porque consideraba que, primero Eusebio Sacristán y luego a Asier Garitano, eran las personas idóneas para hacerse cargo del equipo.
Finalmente, en 2018 asumió el reto de ser el entrenador de la Real, comenzando una aventura que ya forma parte de la historia del club. La confianza en su persona también ha sido clave. Nadie mejor que él, un hombre de la casa, para dirigir un proyecto que bebe de Zubieta y que presume desde este sábado de la tercera Copa del Rey en la historia del club.
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