El Liverpool no levanta el pie del acelerador

El Chelsea empezó valiente, dispuesto a amargar el domingo al Liverpool y con la idea de presionar alto y discutirle la posesión. Ambos equipos imprimieron un ritmo alto y por momentos el juego fue un auténtico correcalles. Pero cuando se estaba debatiendo el control del partido, llegó el primer golpe. Alexander-Arnold estalló una falta en la escuadra derecha, inalcanzable para Kepa . Aun así, la reacción se produjo desde el momento en que se sacó de centro. El Chelsea subió líneas y aumentó la presión, lo que se tradujo en una mayor presencia en el área rival. La ocasión más clara llegó a los pies de Abraham , que dispuso de un mano a mano en el que Adrián se hizo gigante.

Minutos más tarde llegó una acción que pudo cambiar el partido. Se jugaba el minuto 23 cuando una internada de Williams por la izquierda puso un balón en el punto de penalti. Abraham no acertó a rematar y Azpilicueta llegó al rechace para anotar el empate. Sin embargo, el VAR terminó anulando el tanto por fuera de juego previo de Mount . Lampard no se lo podía creer, y para colmo, pocos minutos después el Liverpool aumentó la distancia.

Una falta lateral desde la izquierda sacada a la perfección por Robertson puso el balón en el centro del área, donde Firmino , rodeado de hasta seis futbolistas de azul, remató a placer. El Liverpool hacía valer su pegada.

La mala suerte del Chelsea aumentó cuando Lampard tuvo que gastar su segundo cambio como consecuencia de una lesión : primero fue Emerson quien se tuvo que retirar para dejar sitio a Marcos Alonso y luego Christensen quien salió para dar entrada a Zouma . La primera parte murió con varios intentos fallidos desde la banda izquierda del lateral español. La más clara fue un remate de cabeza de Abraham.

El descanso devolvió a un Liverpool convencido de que un tercer gol sentenciaría el partido. Si antes Adrián se había lucido, ahora era el turno de Kepa . Hasta en dos ocasiones intervino de forma magistral para evitar el tercero visitante. Primero fue a Firmino y luego a un compañero, cuando un rebote le devolvió un balón dirección a su propia portería que sacó con una mano milagrosa. Los de Klopp dominaban y el Chelsea era incapaz de reponerse ante su gente. Pero a la hora de partido el guion cambió.

El Chelsea empezó a sumar acercamientos mientras el Liverpool trataba de cazar algún contragolpe. Y llegó Kanté para animar el partido. El francés estaba siendo omnipresente en el campo en labores defensivas, pero entonces cogió una pelota en zona de tres cuartos, giró sobre sí mismo para deshacerse del primer rival, condujo hasta la frontal, se la colocó en la derecha y la ajustó al palo. Gol soberbio. El marcador se acortaba y el partido se abría.

Animado por la grada, el Chelsea empezó a creer en el empate mientras al Liverpool parecía acabársele la gasolina. Las tuvieron Marcos Alonso y Batshuayi de cabeza y Mount y Jorginho con tiros que se marcharon fuera. Nadie se atrevió a abandonar Stamford Bridge soñando con una igualada que no llegó. El Chelsea deja buenas sensaciones pese a la derrota y el Liverpool sufrió e hizo valer su pegada con tramos de buen fútbol. Los de Klopp siguen mandando en la clasificación, donde aventajan al City en cinco puntos.