N'Golo Kanté, el anti-Messi de Antonio Conte

El francés transita por esta segunda temporada en el Chelsea con su segunda Premier consecutiva bajo un brazo y el ‘MVP’ de esta última bajo el otro. Lejos de ser ese añejo complemento defensivo para una medular, el ex del Leicester se ha destapado como el dueño de la media «blue», indiscutible como pivote y con un notable 90,2% de acierto en el pase en la presente Champions , la primera que disputa, y sin dejar de lado la faceta en la que tiene un doctorado: hoy será el jugador con mayor promedio de entradas con éxito, 3,3, una más que otro especialista como Busquets.

Mas no por estar registrando estadísticas propias de las brújulas más destacadas de la Copa de Europa sus pases están pecando de inocuidad. Es cierto que el Kanté del Leicester no tenía en su paleta de pases aquellos que permiten romper una línea, girar una zaga o presentar a un compañero frente al meta rival, pero ya sea por una cuestión de confianza (2 ligas consecutivas con una cuota de protagonismo sideral en ambas), de sistema (en el Chelsea cuenta con un hombre más a su espalda) o de mera evolución natural de su fútbol, el Kanté de 2018 es un jugador que con la pelota en los pies tiene muchas cosas que decir.

Como añadido, la llegada de su compatriota Bakayoko –que casi con toda probabilidad no estará disponible para el partido de ida– a la disciplina londinense y el revitalizado gusto de Conte por Fábregas han dado alas al Kanté más ofensivo que se recuerda. Con Fábregas sujetando, la pareja de centrocampistas gala vuela hacia el área rival y rellena los espacios que continuamente libera Hazard. Es así como el Chelsea termina buena parte de sus ofensivas con un centro lateral que tiene hasta cuatro hombres rellenando el área, con Kanté como pieza maestra para barrer segundas jugadas.

Y aun con toda su mejoría ofensiva sobre la mesa, no sería descartable que su técnico le sugiriese un seguimiento perpetuo sobre el diez azulgrana , entendido el choque como una sucesión de defensas de los locales sobre el elenco dirigido por Ernesto Valverde. Más aún vistos los réditos que Madrid o Sevilla obtuvieron tras encomendar una tarea similar a Kovacic o Pizarro, ambos partidos ganados por el Barça pero con el papel de Messi arrugado. El matiz, en este punto, radica en dónde conseguirá el técnico visitante que reciba el argentino. Si el Chelsea tira la llave al mar y Messi se aburre, lo normal es que deambule por el círculo central para saciar su sed de pelota. Con tanto espacio para corregir, la ecuación Kanté parece irresoluble. Messi es capaz de regatear tres veces seguidas al internacional por Francia y éste lo es de exigirle una cuarta . Será entonces cuando Valverde deba intervenir para que Leo pase a recibir en zonas de peligro, donde un quiebro del rosarino pasa a ser fatal.