César Jiménez: «Figo siempre deja el pie y no tendría que haberlo hecho»
MADRID. No era la temporada de César Jiménez (Ávila, 28-11-77). Estaba escrito en versales. Arrinconado en el vestuario no había disputado un minuto. Decepcionado por su situación pidió al Zaragoza que le dejasen marcharse en el mercado de invierno. Tampoco le dejaron. El ... domingo, a raíz de la sanción de Milito, Víctor Muñoz le concedió los primeros minutos. En el Bernabéu, en su antigua casa (el Madrid le fichó para la cantera del Tiritoru abulense), y para marcar a Ronaldo o a Raúl. En la víspera se mostró muy ilusionado porque volvería a sentirse jugador de fútbol. «Estoy aquí para lo que haga falta».
Pero el regreso conducía a un destino trágico. Todo marchaba sobre ruedas para César. Villa había marcado, el Zaragoza se había adelantado y Raúl y Ronaldo estaban bien sujetos. Pero un minuto después, en el veintiuno, César sintió el golpe más duro de su carrera. La plantilla derecha de Luis Figo trituró su rodilla izquierda en la disputa de un balón dividido. Los gestos de dolor del central avisaron de la importancia del percance. Nunca antes se había lesionado de tanta gravedad. Ayer se confirmaron los temores. La resonancia magnética nuclear desveló que sufre «una rotura del ligamento cruzado anterior, rotura de fibras profundas, menisco-tibiales y menisco-femorales a nivel de ligamento colateral externo».
Una avería que precisa entre seis y ocho meses de recuperación. ABC habló ayer con el central, y en sus claras reflexiones comentó sentirse «tranquilo. Ya ha pasado todo y ahora en lo único que pienso es en recuperarme cuanto antes». Ha visto la jugada repetida varias veces en la televisión y todavía no entiende el gesto de Figo: «Llega tarde en la jugada. Y con la plancha armada. Impresiona verlo. Me da bien, de lleno. No entiendo como mete la pierna y menos como mete la plantilla por delante. No me entra en la cabeza que ningún jugador quiera lesionar a otro, pero se podía haber evitado».
César «agradece las llamadas disculpándose» de Figo y de Emilio Butragueño, aunque entiende que su lesión no es una casualidad estando el portugués de por medio: «Él lo hace muchas veces. ¿Protegerse los delanteros? Hay muchos delanteros que no hacen lo que hace él. Figo siempre deja la plantilla y no tenía que haberlo hecho».
El portugués cerró los ojos
Por su parte, el madridista, que ya se había disculpado en el descanso, se mostró muy triste por todo lo ocurrido. En su defensa alega que ambos jugadores entraron fuerte en la jugada y que cierra los ojos y no ve dónde va su pierna. «En ningún momento mi intención fue hacerle daño. No me siento bien y estoy muy triste. Espero que cuanto antes vuelva a los terrenos de juego con todo el éxito del mundo». El Madrid se pone a disposición del Zaragoza y del jugador para todo lo que necesiten en la operación y en la recuperación.
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