El regreso de Carlitos

Podría «El Apache» llevarlos a la biblioteca de John Rylands, donde se conserva el más antiguo fragmento conocido de la Biblia, o a leer los viejos tomos guardados en la de Chetham, donde Marx y Engels estudiaron la formación del capitalismo manchesteriano.

En suma, que su agente no logró hacer caja este largo verano y que Tévez, tras recuperarse del trasiego de la Copa de América, regresó al once del City sin el brazalete de capitán , que Roberto Mancini ha entregado al defensa Vincent Kompany, nacido en Bruselas, por lo que Manchester debe parecerle un paraíso.

Tuvo Carlitos una tarde sin gracia. Hasta falló un penalti, tirado de un modo que pareció predecible incluso desde la grada . Como marca de su clase, picó por encima de la defensa una bola a la que no llegó por un palmo James Milner. Fue sustituido por Sami Nasri, cuando Mancini refrescó una delantera a la que Sergio Agüero ha dado denominación de origen.

Antes de irse, cubierto de gloria y de aplausos, su tercer gol del 3-0 fue una maravilla. David Silva, a quien no parece penar el viaje desde las aguas tranquilas de Gran Canaria a las brumas inglesas, desequilibró a la defensa del Wigan sin tocar el balón y se lo metió al Kun, que aguantó la salida de Ali Al Habsi hasta perpetrar un asesinato con seda.

Este City tiene hechura de campeón. Presiona muy arriba, administra el tempo, sabe a lo que juega y tiene banquillo . Ha marcado 14 goles en cuatro partidos y ha encajado tres, dos de ellos en Bolton, donde el United, líder, se marchó el sábado con cinco a favor y ninguno encajado por David de Gea, a quien los sabios de la prensa ponían ya en el banquillo, porque no iba a ser capaz, joven tan tierno, de sobrevivir a la fuerza aérea de los Wanderers.

Nadie mejor integrado en el fútbol inglés que Roberto Martínez . Llegó a Wigan hace algo más de 15 años y es querido en todos los lugares de su itinerario británico (Motherwell, Walsall, Swansea y Chester).

Martínez ha armado un nuevo equipo para mantenerse en la Premier, donde siete u ocho equipos necesitan empezar bien y evitar las lesiones que la pasada temporada dejaron al entrenador español vulnerable a la crítica y al descenso, que evitó en la última jornada.

En la primera parte, el City tuvo ocasiones sobradas para sellar el partido pero marcó un solo gol. El Wigan tuvo alguna oportunidad de igualar con balones largos para que Franco di Santo ganase la espalda de los defensas.