«Espero el Madrid que tiró de casta y orgullo cuando jugó con diez»

—Mourinho aplicó ante el Barcelona un sistema defensivo con «trivote» en el centro del campo. ¿Es válido para conquistar la Copa?

—Mourinho es un hombre acostumbrado a disputar este tipo de encuentros y el equipo tiene una gran fe en él. En todo lo que hace. Y nosotros también confiamos plenamente en nuestro entrenador. Un partido, una final, se puede ganar de muchas maneras y creemos en la calidad individual de nuestros jugadores. El Real Madrid lo demostró el sábado en la Liga, cuando sacó el carácter y consiguió el empate.

—¿Le gustó Pepe en la media? Realizó una gran labor destructiva.

—Pepe cumplió la misión que le encomendó el entrenador. Y estamos muy satisfechos con su rendimiento.

—El sábado, con el 0-1 y con diez, el madridismo se temió lo peor. Surgió entonces el mejor Madrid ¿Ese es el espíritu que espera en la final?

—Cuando nos quedamos con diez, con el marcador en contra, tiramos de orgullo y el Real Madrid logró el 1-1. El equipo demostró su casta, creó varias ocasiones de gol y puso en problemas al Barcelona. Sí, ese es el Real Madrid que todos esperamos en la final. Estamos seguros de que los jugadores se van a entregar al máximo para intentar ganar.

—La entrada de Ozil fue clave cuando cuando jugaron con uno menos.

—Demostramos que en noventa minutos se puede vencer de formas diferentes. Ozil dio la pausa a nuestro fútbol. Y estuvimos inspirados en el juego ofensivo. Puyol se lesionó y el Real Madrid atacó e hizo notar esa ausencia. El partido se desbocó y tuvimos la oportunidad de ganar.

—¿Mourinho repetirá esa táctica en la Copa, pero con presión más adelantada y el alemán como creador?

—El Real Madrid dejó claro ante el Barcelona que tiene muchos recursos para poder vencer. Mourinho sabe muy bien lo que tiene que hacer. Si estamos inspirados, podemos dar una gran alegría a nuestra afición, que se lo merece.

—Dieciocho años después de la última Copa blanca, que usted ganó, su club busca la decimoctava. Dicen que el Barça es favorito.

—No. Veo un partido muy equilibrado. Se enfrentan dos equipos con un gran potencial y lo normal es que haya un marcador muy ajustado.

—Usted conquistó dos Copas. Levantó la última de su equipo, en 1993.

—Mi balance es de «empate a dos». Gané en 1989 y la de 1993. Perdí las de 1990 y 1992. El triunfo de 1993, frente al Zaragoza (2-0), tuvo un significado especial. La final se disputó una semana después de que se nos escapara la segunda Liga en Tenerife. Había un componente psicológico importante. Debíamos levantarnos moralmente y conseguir aquel título. Fue un partido difícil. Yo hice el primer gol y Lasa hizo el segundo, pero el Zaragoza atacó mucho y Buyo estuvo excelente. Detuvo todos sus disparos.

—El 1-0 fue un golazo suyo, en plancha, tras un centro de Míchel.

—Míchel me dio un pase sensacional, sí. Lasa marcó regateando al portero.

—En la Copa ganada al Valladolid en 1989 eran claros favoritos.

—Vencimos solo por 1-0 —gol de Gordillo—. Estábamos en la época dorada de la Quinta, habíamos celebrado cuatro campeonatos de Liga y estábamos «obligados» a vencer.

—Vamos con el «empate a dos». Perdió la final del 90 ante el Barcelona. Se dijo que era el fin de la Quinta.

—Bueno, bueno, de final de la Quinta, nada (se ganó la Copa del 93 y se cayó en la Liga en Tenerife con un gol con la mano como el de Pier). Aquel partido de 1990 fue muy accidentado. Perdimos porque nos quedamos con diez. Expulsaron a Hierro. Y el Barcelona lo aprovechó. Después, en el 92, caímos ante el Atlético, 2-0, con tantos de Futre y de Schuster. Ahí nos ganaron bien. Fueron superiores.