Un Camp Nou cobarde se ceba con Coutinho

Pobre entrada, ambiente enrarecido, al Getafe el VAR le anuló correctamente un gol por fuera de juego, y cuando Busquets ya llevaba siete balones perdidos empezaron también a pitarle. Messi inédito como en Anfield. Del octavo balón perdido de Busquets casi marca Jorge Molina . Se disculpó Sergio pero no se ahorró la bronca de la grada. Continuación de lo que vimos en Inglaterra: un equipo con legañas, sin propósito ni alma. Messi sin barba, como cuando era más joven y también nosotros lo éramos.

Fue tan insólito que el Camp Nou no pitara a Valverde y a Bartomeu, que son los principales culpables de que este equipo tenga el alma muerta, fue tan cobarde descargar la ira en el marginado de la clase, que el sentimiento que todo aquello producía era que tal vez perder y haciendo el ridículo es lo que verdaderamente merecemos.

Arturo Vidal adelantó al Barça con un gol tan feo como el hecho de que lo hubiera marcado precisamente él.

La tarde en Barcelona invitaba a dar un paseo y tomar un helado, a ir al club a tomar el sol o a simplemente no hacer nada en la terraza de tu casa mucho más que a acudir al Camp Nou a recordar que incluso el año en que el Madrid se había atascado no has podido dejar de tirar la Champions a la basura. Qué hiriente, qué desagradable tener que vivir sobre tu propio asco haciendo ver que no te da asco. Tengo que decir, y no crean que no me duele admitirlo, que pese a su absurdo aspecto físico y a la poca estética de sus movimientos y acciones, Arturo Vidal está absolutamente en todo. No importan las circunstancias, el tipo de competición o la tristeza: él lo hace todo, lo puede todo, a todo llega. Ayer estuvo batallador como nadie. Iba a decir que pletórico, pero no es el caso, porque a su indiscutible empeño no siempre le acompañó el acierto y muy pocas veces, por no decir nunca, la menor idea de belleza.

David Soria, extraordinario, mantenía a su equipo en el partido con paradones sensacionales, a pesar de que el segundo, sobre un disparo de Malcolm , habría sido igualmente anulado por fuera de juego si hubiera acabado en gol. Signo inequívoco de la depresión de la tarde fue que Messi falló, por debilucha, una vaselina que en cualquier otra circunstancia habría marcado, pero que ayer se entretuvo tanto y la elevó tan floja, que tuvo tiempo Cabrera para -muy meritoriamente- sacarla.

Se lesionó Coutinho, que se fue entre pitos y aplausos, y debutó para sustituirle Abel Ruiz en el Camp Nou. Nada especial que consignar. Messi marcó el segundo y no lo celebró porque seguramente se habría sentido un estúpido con lo que pasó la semana pasada en Liverpool. Supongo que cuando pase la final de Copa la directiva querrá enredarnos con fichajes ilusionantes, pero el problema son ellos y el Barça será un club sin carácter ni esperanza hasta que no se marchen.