Resumen y goles del Barcelona 4 - Alavés 1
Sopor, goles y vacaciones
Los tantos de Griezmann, Messi, Luis Suárez y Vidal no esconden un partido discreto de los azulgranas, que acaban el año líderes
Crónica
Las compras navideñas ganaron al fútbol , pero por lo menos pudimos estar pendientes del deporte y no de las ridículas demostraciones. Poca gente, hora de la siesta, rival incómodo. Los que fueron de compras se lo pasaron mejor, porque los primeros minutos fueron ... soporíferos. Arturo Vidal en fuera de juego logró una considerable chilena ; Messi, también en posición antirreglamentaria, marcó y primero el colegiado y luego el Var anularon acertadamente ambas acciones. Pese a ello, llegamos a los primeros diez minutos con más pena que gloria, con un Barça profundo e impreciso y un Alavés que no salía y renunciaba al balón.
Y en el 13 ocurrió lo que tarde o temprano tenía que ocurrir tal
como iba el partido, y es que el Barcelona marcó, Griezmann, de un disparo fuerte y colocado , el primer gol que marca el francés con la derecha en el Barça. El Alavés, con muy poca energía y menos ambición, no cambió nada y parecía sólo esperar no perder por demasiada diferencia de goles. Los de Valverde durmieron el partido y más nos dornimos nosotros en el absoluto desinterés, y el Camp Nou se dejaba llevar por la inercia, todo ente entrañable y deprimente.
El gol daba la sensación de tener encarrilado el partido, y el juego del Alavés todavía más, pero siempre es peligroso vivir a expensas de un accidente. En el 38, Messi y Griezmann hicieron algo hermoso, pero la pelota se paseó sin cruzarla por la línea de gol. Lenta y aburrida como el partido, la lluvía caía lentamente sobre el mediocre y levantadizo césped del Camp Nou. Asier Garitano era incapaz de decirles nada a sus jugadores . Dudo que a este ritmo pueda acabar la temporada. Y al filo de descanso, como cuchillo sobre mantequilla muy blanda, Arturo Vidal marcó el segundo de un disparo elegante , difícil y colocado. Dos disparos, dos goles.
Vulgar primera mitad , en cualquier caso bien resuelta por un Barcelona que parecía jugar desde el sofá, a medio camino entre la siesta y el peliculón de los fines de semana -si es que esto todavía se lleva, que no tengo ni idea, porque hace años que no veo la tele. El Alavés, que suele ser un equipo incómodo, estuvo desaparecido, como rendido, sorprendentemente apático. Garitano, que es un buen entrenador, muy vital, insólito e irreconocible en su bajísimo tono.
La segunda mitad empezó igual, con la sensación de que los jugadores pensaban más dónde y cómo pasarían las vacaciones que en el partido. 63.000 espectadores, segunda peor entrada de la temporada tras la del Valladolid , que no pasó de los 58.000. Tal vez un poco más de energía culé, aunque sin exagerar. Pero era cierto que el Barcelona no se conformaba con tenerla y trataba de atacar. Segundo gol anulado, y bien anulado, al Barça, por estar en fuera de juego Griezmann, que sin embargo chutó muy bien: fue una lástima. Y entre el sopor, la desgana, la defensa del Barça que pareció que estaba de paseo en el campo , consiguió Pere Pons, de un buen cabezazo, el primer gol de un Alavés que se metía en el partido. En la jugada siguiente, los de Garitano estuvieron a punto de empatar gracias al lío que se hicieron entre Piqué y Ter Stegen. El Barça consiguió despertar al Alavés, que resucitó de su derrotismo y fue a por el empate.
El Barça intentó poner una marcha más pero sin demasiado efecto. Silbaba la grada, el Alavés crecía y los locales menguaban. Rubén Duarte casi marca de cabeza. El Barcelona tenía la labor ingrata de pasar del letargo al fútbol propositivo, y le costaba.
El arbitraje de Melero López, sin perjudicar a ninguno de los dos equipos, fue grotescamente malo , hasta el punto de pitar una suerte de falta simultánea y mostrar la amarilla a los dos protagonistas -Wakaso y Umtiti-. Messi puso punto final a la farsa marcando de un potente disparo desde fuera del área , como un passing shot paralelo. En el 71, el Var concedió un penalti riguroso, pero penalti, al Barcelona, por mano de Martín, que marcó Suárez .
El partido acabó sin más historia. Más goles que fútbol, un árbitro delirante y unas vacaciones que agradeceremos todos.
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