Así asaltan las casas de los futbolistas: «Son situaciones que se van de las manos»

Iñaki Jauregui es el fundador, junto con Vicenç Guillén, de 'Mars Intelligence' , una consultoría de seguridad e inteligencia. En conversación telefónica con ABC, explica cómo operan estas bandas: «Hacen una especie de lista de la compra. Cogen a los primeros equipos de cada liga y empiezan a buscar víctimas. Se fijan en sus redes sociales y valoran cuánto podrían sacar si les robasen. Luego pasan al terreno físico, a ubicar y estudiar sus casas y ver si es factible o no el robo. No dan palos de ciego porque estos jugadores suelen contar con medidas de seguridad que no se corresponden con su nivel de riesgo». Algunos de los objetos más codiciados son los relojes de alta gama y las joyas .

Tras la oleada de robos del verano de 2019 , clubes como el Real Madrid alertaron del riesgo de exhibirse en redes sociales. Jauregui conoce bien estos episodios: «Nosotros hablamos con los departamentos de comunicación de varios clubes, pero la seguridad particular de sus jugadores queda fuera de sus competencias. Y estos, o están mal asesorados o directamente no lo están. Se les instalan medidas que no se ajustan a sus niveles de riesgo y muchas veces nos encontramos con cosas que no se corresponden con la amenaza», sostiene. Por ejemplo, algunas empresas ofrecen paquetes genéricos de sistemas de seguridad que, además de ineficaces para algunos casos, son muy caros. «Hay una cifra negra de robos que no se denuncian o que no llegan a la opinión pública. Estos perfiles deberían tener un sistema acorde a su poder adquisitivo, y más cuando sabemos que no es algo puntual».

El perfil de estos delincuentes estaba bastante definido hasta hace poco: «Personas muy cualificadas que se han ido especializando. Los llamamos 'Pata Negra' . En su mayoría son de Europa del Este y dominan desde inhibidores, lanzas térmicas, sopletes de oxicorte, radiales… Te robaban y ni te enterabas. Pero como los futbolistas han ido mejorando su seguridad, cada vez es más común que entren cuando hay gente en casa. Y lo suelen hacer cuando hay partido, claro. Mientras que los 'Pata Negra' invierten dos o tres semanas en cada casa, los otros entran el día del partido y saben poco más».

Además, desde hace un año y medio se ha detectado un «efecto llamada» : «Hay grupos menos cualificados que robaban en urbanizaciones y han dado el salto a las casas de futbolistas. Total, la condena es la misma y el beneficio es mucho mayor. Mientras que los 'Pata Negra' evitan casi siempre el contacto físico, los otros, por lo general, no saben cómo funciona una radial ni una lanza térmica. Pero sí saben dar una patada a la puerta, ponerse a gritar, coger del cuello a alguien y pedirle que abra la caja fuerte », explica Jauregui. «No hay tanta preparación y el riesgo se dispara. Es gente incontrolable y son situaciones que se van de las manos».

Como ejemplo, Jauregui cuenta el caso de un futbolista al que le entraron un sábado por la mañana cuando estaba con sus amigos en la piscina. «Ábreme la caja y en cinco minutos nos vamos», le amenazaron. «A las cinco de la mañana, lo más probable es que el sistema de seguridad esté encendido, pero en una mañana tienes todas las papeletas para que entren y te amenacen sin que nada salte», explica Jauregui.

Las ciudades deportivas son, en muchos casos, el punto de partida. Es ahí donde los ladrones pueden localizar al futbolista, seguirlo hasta su casa y estudiar sus rutinas y puntos débiles. Por eso, ‘Mars Intelligence’ trata de formar a sus clientes: «Casi todos los sistemas de seguridad detectan al ladrón cuando ya está dentro, es decir, tarde. Nosotros trabajamos al contrario, de la puerta para fuera. Detectamos cuándo se convierte en un objetivo. ¿Cómo? Entrenamos los ojos del jugador, la familia y el personal de servicio para que se fijen en según que cosas, vigilen algunos puntos y eviten dar cierta información. También les ayudamos a detectar seguimientos y actuar correctamente».

Entre los clientes de ‘Mars Intelligence’ se cuentan multitud de jugadores de máximo nivel. «Lo principal es personalizar, ya que no hay dos clientes iguales y la exposición mediática va de la mano del riesgo. Por ejemplo, Marcos Llorente nos dijo que había mucha inquietud en el vestuario y que no quería ser el siguiente, y actuamos en consecuencia. Otros, en cambio, acuden a nosotros cuando ya han sido robados. Les preguntamos quiénes son, cómo es su entorno, sus rutinas, si tienen o no perros… Es decir, nos adecuamos mucho a cada caso».

Jauregui y Guillén son dos Mossos en excedencia con casi quince años de trabajo en unidades de investigación criminal y seguimiento y que hoy ponen su experiencia al servicio de los futbolistas: «Veíamos cuándo entraban, por qué entraban, y sobre todo, por qué descartaban algunas casas. Esos ‘items’ son los que estamos incorporando a la seguridad de nuestros clientes», cuenta Jauregui, que avisa de lo que está por venir: «Se está volviendo a un escenario propicio para ellos. Hay mas movilidad geográfica y se va a acabar el toque de queda. Eso les va a permitir moverse y actuar de noche, que es cuando más trabajan».